Los accidentes de tránsito no son fatalidad inevitable. Son, en su mayoría, el resultado de errores humanos, de imprudencias que se acumulan en segundos, cuyas consecuencias marcan para siempre. En Guantánamo, como en toda Cuba, los meses de verano registran un incremento de la movilidad y, con ella, el riesgo de siniestros viales. Esta realidad exige la atención y el compromiso de todos: autoridades, conductores, peatones y familias.
Uno de los factores que incrementa la peligrosidad durante esta etapa es el mayor uso de medios de transporte, tanto estatales como particulares, para cubrir las demandas de esparcimiento, entre ellos motos, ciclomotores, bicitaxis y ciclos, considerados especialmente vulnerables.
De hecho, a nivel de país, en los primeros cinco meses de este año, los accidentes que involucraron ciclos y bicitaxis incrementaron los fallecidos y lesionados, mientras la participación de motos y ciclomotores en incidentes creció en un uno por ciento, en comparación con 2024, según datos publicados por la Comisión Nacional de Seguridad Vial.
La circulación con sobrecarga de pasajeros, el cansancio de los conductores y, en no pocos casos, el consumo de bebidas alcohólicas, representan una combinación peligrosa que se agudiza en la etapa estival.
Frente a este escenario, la Comisión Nacional de Seguridad Vial, ha dictado un grupo de acciones dirigidas a reducir la accidentalidad. Entre ellas el otorgamiento de autorizaciones especiales para los vehículos estatales y del sector particular que participarán en el traslado de personas a las playas, los campismos u otros lugares de recreación, las cuales solo se concederán si se presenta el certificado de revisión técnica actualizado, garantizando así que el estado mecánico del medio sea apto para circular.
Se ha dispuesto también la limitación horaria para la circulación de estos vehículos entre las 7:00 a.m. y las 5:00 p.m., lo que facilita su supervisión y reduce los riesgos asociados a la conducción nocturna. Las inspecciones en terminales, puntos de embarque y vías principales se intensificarán, al igual que los controles en las bases de transporte del sector estatal.
Pero más allá de estas medidas, es imprescindible reforzar el control del factor humano. En Guantánamo, las principales causas de accidentes continúan siendo la desatención al control y conducción del vehículo, el irrespeto al derecho de vía, la violación de los peatones, y el exceso de velocidad. La falta de percepción del riesgo, tanto en conductores como en peatones, sigue costando vidas.
Una sociedad consciente no puede ver la seguridad vial como tarea exclusiva de los agentes de tránsito. La prevención empieza desde la toma de decisiones individuales: no conducir cansado, no distraerse con el celular, mantener la velocidad adecuada, usar el casco o el cinturón…
También las familias tienen un papel importante. Alertar a los jóvenes sobre los peligros del exceso de confianza al conducir, supervisar el estado de los medios que se utilizarán para viajar, y evitar distracciones en la vía, son acciones básicas que pueden evitar desenlaces lamentables.
El verano debe ser una etapa de alegría, esparcimiento y bienestar… pero no será así mientras se pierda una vida tras un accidente de tránsito. Detrás de cada estadística que enumera a un fallecido hay una familia marcada por la pérdida.
Cada medida, chequeo técnico, y acto de precaución ¡Cuenta! En la seguridad vial no hay acciones pequeñas ni advertencias innecesarias. Cada decisión responsable puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Que este verano no se sume a las cifras del dolor, sino a los recuerdos felices.