Captura de pantalla 2025 08 12 212043Jean-Luc Godard fue uno de los máximos exponentes del cine francés con obras que revolucionaron el cine moderno.

Creo que más que al pálido protagonista, dicha frase está dirigida al público abarrotado y sobrecargado de lo mismo y que suele ver reproducciones de lo mismo que ya ha visto, aunque no se dé cuenta y por ende termina perdiendo la perspectiva de lo digerible para el alma.

Es por eso que en esta edición de la columna propongo un cambio de perspectiva, dejar atrás el cine y el arte en el auge de su reproductibilidad técnica y adentrarnos en uno de los movimientos que marcaron la evolución del arte de la gran pantalla, Nouvelle Vague.

Captura de pantalla 2025 08 12 211810Los 400 golpes de Truffaut, se eleva como uno de los filmes más icónicos del movimiento de la Nueva Ola Francesa.Es sencillo defender el cine francés cuando en su haber resaltan cintas como Hiroshima Mon Amour (1959), Los 400 Golpes (1959) o París nos pertenece (1961), filmes que dominaron una época y marcaron pautas que indicarían el camino que tomaría el cine, este periodo se conoció como Nouvelle Vague o la Nueva Ola Francesa, y estaba relacionada directamente con los procesos del nuevo realismo cinematográfico.

Vayamos por parte, con el ocaso de la tiranía nazi y su cine propagandístico, surgieron en toda Europa movimientos de artistas cinematográficos que buscaban revelar un cine más realista, profundo, crudo y sencillo; a diferencia de las producciones alemanas que gastaban miles en películas que buscaban manipular, estos nuevos cineastas hacías sus obras con lo que hubiera a mano, denotando así la simplicidad de los escenarios y recalcando la esencia del mensaje y no el mensajero.

Resaltan en este tiempo de posguerra los movimientos del neorrealismo italiano, alemán, inglés y especialmente el francés. Los italianos, británicos y alemanes se concentraron principalmente en mostrar los estragos de la guerra o reeditar la victoria aliada, filmes como Roma, ciudad abierta (1945), El asesino está entre nosotros (1946) o Más allá de las nubes (1945).

Los francese por su parte destacaron en una forma distintiva de ver las cosas, una exploración hacia el ser social, el espíritu rebelde de la nueva generación y los pensamientos introspectivos de directores que buscaban una vía para sacar sus más profundos pensamientos, aquí daba sus primeros pasos el cine de autor.

Pero antes de todo esto, teóricos como Jean Delluc buscaban comprender significados y determinar significantes dentro de las obras de arte y sus artistas, como buscan crear pensamientos en la sociedad como colectivo, en el individuo y en la historia colectiva y personal.

También resaltan figuras como Christian Metz con sus aportes a la teoría de la semiótica cinematográfica entre otros críticos que solo intentaban comprender los valores filosóficos del cine y su capacidad para influir y a la vez ser influido por la sociedad.

Antes de los aportes de Metz, Siegfried Kracauer publicó en 1947 su libro De Caligari a Hitler: una historia del cine alemán, analizando como las películas reflejaban las tensiones que conllevaron posteriormente a la popularidad del nazismo. A su vez el periodista William L. Shirer publicó en 1941 Berlin diary donde analizaba la importancia del cine como mecanismo de propaganda para los nazis.

¿Pero que tiene esto que ver con los procesos de neorrealismo?

Pues, es la misma filosofía la que se apodera de estos movimientos cinematográficos, la diferencia es que estas nuevas obras no buscaban manipular o congregar a un séquito de adoradores de la segregación racial, sino que buscaba expandir la comprensión de la nueva realidad que imperaba y permitía observar a través de la pantalla que los estragos de la guerra sobrepasaban lo económico, también hubo un cambio en el ser humano como animal de sociedad.  

De este nuevo escenario destacaron directores como Godard, Resnais, Truffaut que tomaron la batuta de la realización cinematográfica dejando los escritos de análisis a un lado.

Por qué soy partidario del cine francés, es pura preferencia, en cada país donde hubo o hay un cineasta, existen obras de culto, pero siendo objetivos, la forma en la que artistas como Godard o Truffaut comprendieron al cine, terminaron influenciando a directores de los que seguro has oído hablar: Nolan, Spielberg, Kubrick...

Sus técnicas y sus estilos dieron paso a una nueva era de la realización y si quieres comprobarlo solo tienes que ver Sin aliento (1960) y descubrirás que algo como “romper la cuarta pared” no es un recurso nacido de las películas de Deadpool.

Se de buena mano que es difícil convencer a alguien de ver cine en blanco y negro, sobre todo en un mundo sobresaturado de colores y adaptado a las tramas de rápida comprensión, pero darle chance a algo diferente puede ofrecerles un cambio de perspectivas, así como se las ofreció a estos cineastas franceses.

Dedicar tiempo a ver una película que en vez que retratar lo mercantilista o lo estructuralmente aprobado por la gráfica de éxito comercial retrata la esencia misma del ser humano como un animal imperfecto, es, simplemente, cine.

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