La Dirección de Establecimientos Penitenciarios, del Ministerio del Interior (MININT) anunció la aplicación de un Plan de Prevención y Enfrentamiento al nuevo coronavirus en todos sus centros del país.
El programa incluye un protocolo de atención sumamente cuidadoso para los reclusos, combatientes y trabajadores, acciones de prevención, atención médica oportuna, pesquisas sistemáticas y la creación de áreas de aislamiento, informó el Departamento de Comunicación Institucional del organismo.
Añadió que en las zonas de ingreso a las prisiones, especialistas de salud revisan desde el punto de vista médico a los reclusos antes de penetrar en ellas, donde cuentan con las sustancias requeridas para el control del lavado de las manos y de superficies que en ocasiones pueden ser de riesgo.
Señaló que a partir del Plan nacional para la prevención y control del COVID-19, el MININT comenzó la implementación de acciones para la capacitación de todo el personal y la introducción de medidas higiénico-epidemiológicas de carácter preventivo en esas instituciones.
También se crearon centros de aislamiento, destinados a los reclusos nacionales y extranjeros que presenten síntomas de afección respiratoria, como lo constató un equipo de la Televisión Cubana que recorrió los establecimientos penitenciarios Combinado del Este, Valle Grande y Mujeres de Occidente.
En el hogar materno de ese último centro existen todas las condiciones para velar por la salud de las madres y sus pequeños, concebidos mientras ellas cumplían su sanción, y permanecen allí hasta su primer año de edad, de acuerdo con la propia fuente.
Áreas de esterilización bien acondicionadas, instrumental y material gastable disponibles, suficientes antibióticos y otros medicamentos, son garantías valoradas por cada persona recluida en ese lugar.
La limpieza permanente, el alistamiento de los equipos y la garantía de productos de aseo confirman que en las prisiones de la nación nada ha quedado al descuido.
En tiempos de coronavirus, la protección de la población penal y de cada persona que labora en los centros penitenciarios, imponen una nueva rutina en favor de la salud y de la vida.