palestino seminarioDoctor en Ciencias Políticas Nureddin Mustafá, palestino radicado en Cuba. Foto: Lorenzo Crespo Silveira

“Una base militar extranjera es una violación de la soberanía e independencia nacional del país anfitrión y es una laceración a la dignidad de ese pueblo. También puede tener efectos nocivos en lo económico, afectar en su entorno la salud de las personas y del medio ambiente, y crear tensión militar con la nación donde se encuentra enclavada y territorios vecinos. Incluso, como en el caso de la situada en Guantánamo, puede ser convertida en un centro de violación de los derechos humanos”, afirmó el Doctor en Ciencias Políticas Nureddin Mustafá, integrante de la delegación de Palestina en el IV Seminario.

Este luchador pacifista radicado en Cuba y que forma parte de los cerca de seis millones de palestinos desplazados por la hostilidad permanente de Israel sobre su nación, vino ahora por primera vez al evento guantanamero porque cree necesario lograr la unidad de todas las voces pacifistas del mundo.

“Tenemos que luchar por la paz, en primer lugar porque hay millones de personas que están siendo desplazados de su tierra, como ocurre en estos días con las olas migratorias por el mediterráneo, donde pierden la vida miles de personas que huyen de la muerte en su país a causa de la guerra.

“Hay que buscar la paz, porque es la base fundamental para la convivencia entre las personas, entre los pueblos, entre las naciones, incluso es indispensable dentro de cada país. Sin paz no hay desarrollo social, económico, político y cultural, en ninguna nación.

“En este seminario nos hemos manifestado contra la presencia de las bases militares extranjeras como una amenaza permanente a la paz, y por ello exigimos que las quiten, que dejen a los pueblos vivir tranquilos y decidir su destino con plena libertad. Debemos crear un mundo diverso en todos los aspectos, pero unido en la coexistencia pacífica”, concluyó.

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