maribel lopez titiriteraMaribel López: 45 años de vida artística

La presencia de la mujer en el arte de titiritero, ha ennoblecido y nutrido las nuevas creaciones en esta manifestación, tanto en la escritura, como en la dirección y actuación, por su impronta humanista, maternal y particular visión.

 

Maribel López Carcasés es un ejemplo de esas féminas, cuya labor como líder del colectivo del teatro Guiñol Guantánamo ha merecido el agasajo de instituciones como la Dirección provincial de Cultura en Camagüey, que recientemente le entregó la Distinción Espejo de Paciencia, máximo galardón que se otorga a personalidades del sector.

 

Con 45 años de trabajo, la artista se conmueve con cada laurel recibido por el afecto que encierra y simboliza, como indicativo de que su obra ha trascendido fronteras.

maribel lopez titiritera2El Guiñol tiene cuatro generaciones de artistas que conviven en el teatro y lo renuevan constantemente.

De la llegada al tabloncillo

 

Dice la también premio Nacional de las Artes Escénicas Omar Valdez, que su entrada al mundo del teatro aconteció por el año 1973.

 

“La Dirección provincial de Educación creó un grupo de titiriteros con enfoque didáctico, o sea para apoyar la pedagogía, y de paso revitalizar ese arte en el Guaso, que estaba muy deprimido. Pese a la escasa preparación, teníamos ganas de hacer.

 

“Recuerdo que nos presentábamos en una casa con tablón improvisado y platea compuesta por banquitos de madera; pero allí asistía cantidad de público. Los sábados y domingos había que cerrar puertas porque no daba a basto. En 1976 comenzamos a trabajar en Cultura, y se nos ubicó en el actual Guiñol, antes teatro del Pueblo.

 

“El trabajo con los títeres me sorprendió, sobre todo porque cuando inicié, a los 17 años y con una hija ya, nunca había visto nada similar. Ese mundo me abrió miles de posibilidades, porque aunque aparenta ser algo menor, lleva dedicación, estudio e investigación. Las marionetas son instrumentos que permiten fantasear y hacer cosas increíbles; son una extensión del brazo y a la vez de la propia alma del artista.

 

“Como siempre me quise superar, estuve en la facultad y también estudié la carrera de instructores de arte, de lo cual me gradúo en 1985 y me quedé a impartir clases a los nuevos instructores de teatro. A partir de ahí mi carrera artística se fusiona con la docente, y ambas se tornan mis dos grandes pasiones”.

maribel lopez titiritera3La Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa forma parte del legado de la veterana titiritera.

El Guiñol, como legado

 

Maribel ya está jubilada, aunque muchos no lo crean, porque en cada función titiritera la maestra trata de estar presente.

 

“Desde 1973 mucho ha cambiado en el conjunto profesional. Empezamos en los 70 con el repertorio: La Ranita Revolucionaria, La Gallinita Dorada, La Caperucita Roja, trabajando la técnica de guantes. Recuerdo cuanto me costó hacer la pieza La Violeta Triste, porque era un personaje cuyo sufrimiento debía transmitirlo a través de la voz, porque no le deba el sol, ni el agua y estaba a punto de morir.

 

“Esa representación marcó pauta en el Guiñol, así como El perrito travieso, un ser muy hiperactivo, que pasaba 40 minutos entre juegos, cantos, bailes, brincos, saltos y caídas… a un ritmo agotador, al menos para mí.

 

“Ya en el 86 empecé a dirigir, porque noté que nosotros dependíamos demasiado de directores foráneos para realizar estrenos. Fue gracias a Ury Rodríguez, y otros amigos que pudimos asirnos de un repertorio. Como sabía que eran necesarias varias mentes para hacer montajes diversos y atractivos, siempre traté de tener más de un director.

 

“Actualmente estoy jubilada, pero el grupo quiso mantenerme al frente. Me tranquiliza y enorgullece saber que el Guiñol no depende de mí, pues hay cuatro generaciones de artistas que conviven en el teatro y lo renuevan constantemente.

 

“Cada actor y director plasma sus inquietudes, sueños, experiencias y yo dejo que experimenten; así no nos enmarcamos solo en una técnica y rebasamos los temas tradicionales para hacer obras de calidad, que evolucionan como la vida y son aceptadas por la seriedad del mensaje que llevan a niños, jóvenes y adultos.

 

“Hoy además contamos con el grupo Ríos como parte de la plantilla, y somos considerados parte de la vanguardia artística del movimiento titiritero en Cuba: los guantanameros… lejos de la capital, lidiando con constantes carencias que mellan la creación aunque no la paran. Además participamos en muchos eventos de teatro con reconocido prestigio, y eso dice mucho del amor y compromiso con que trabajamos”.

maribel lopez titiritera4Las obras de títeres se dirigen a todos los públicos, y encierran mensajes con profundo contenido social.

Orgullosa Creadora

 

Maribel es actualmente miembro activa del consejo de dirección de la Unión Internacional de la Marioneta en Cuba, por decisión de la mayoría de los titiriteros del país, quienes ven en esta guantanamera una referencia en la actuación y dirección.

 

“En este año, la Asociación Hermanos Saíz, de la cual fui fundadora y soy miembro de honor, me hizo el primer homenaje y otros más se sucedieron por mis años de vida artística, pero el mejor regalo ha sido la afluencia constante del pueblo a cada estreno o reposición que hemos hecho”, apunta Maribel, mientras observa la carta que Raúl Castro le enviara en agradecimiento por la ardua faena comunitaria.

 

“Hoy la ida a los teatros ha disminuido porque sus propuestas compiten con las tecnologías y sobre todo, con la mentalidad de algunos padres, que ven más fácil entretener a los menores con filmes, juegos de computadora y teléfonos… que llevarlos a una función del Guiñol, los viernes, sábados y domingos.

 

“La familia debe comprender la importancia de las obras dramáticas para el desarrollo de los infantes, pues la música, los actores y el ambiente transmiten ideas y sentimientos reales, vívidos, que no se adquieren con un aparato.

 

“Claro que nada de eso nos amedrenta, porque los que nos siguen son razón suficiente para continuar soñando e innovando, para hacer del títere del Guaso parte imprescindible en los retablos de la memoria teatral cubana”.

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