grupo jazz gtmoEl repertorio de Bouncing Tempo abarca estilos y géneros musicales como el swing, el blues, la bossa nova, el latin jazz, free jazz y el jazz fusión. Fotos: Leonel Escalona Furones

Que un grupo de jóvenes músicos decidieran al terminar sus estudios reunirse y crear un grupo de jazz, no es la noticia.

Lo verdaderamente “noticiable” es que la presencia de ese género es escasa en el territorio; sin embargo, la agrupación Bouncing Tempo, desde su debut el 20 de enero de 2012, en el Espacio Interior de la compañía Danza Fragmentada, ha logrado insertarse en el ámbito musical guantanamero. Y aunque cuatro años es un recorrido breve para signarlos en la historia polifónica de Guantánamo, motivos sobran para celebrar.

En la antigua sede la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), estos jóvenes y talentosos músicos mantuvieron alrededor de dos años la peña Ko-Ko´s Jazz, espacio interrumpido por la mudanza y cambio hacia la actual sede de la institución madre de los artistas e intelectuales.

Para suerte de los que aman esos sonidos bohemios, cada tarde dominical se presentan habitualmente en el Café Cantante del Teatro América.

grupo jazz gtmo2Julio Orlando Ávila López, joven director de la agrupación. Fotos: Leonel Escalona Furones

Los amigos e invitados que asistieron el pasado miércoles al recital por el cuarto aniversario del conjunto en el Café, pudieron contagiarse de la atmósfera sonora y visual del espacio nocturno. En el escenario se interpretaron temas compuestos por sus propios protagonistas y se repasaron temas antológicos de la cancionística cubana, hasta llegar a la contagiosa timba, sin dejar de lado su sello.

“Nuestro repertorio abarca el jazz tradicional y los sonidos más modernos que se están escuchando nacional e internacionalmente. Tocamos estilos y géneros musicales como el swing, el blues, la bossa nova, el latin jazz, free jazz y el jazz fusión. Bebemos de figuras internacionales como el saxofonista y compositor estadounidense Charlie Parker y el cantante y trompetista holandés Chet Baker y, por supuesto, nuestro jazz cubano, principalmente Irakere, bajo la batuta del maestro Chucho Valdés.

Con el tiempo hemos abierto nuestro diapasón para movernos en otros géneros y para aglutinar mayor público”, comentó Julio Orlando Ávila López, líder del proyecto musical.

Bouncing Tempo pertenece al catálogo del Centro de la Música Lilí Martínez, pero integra además la sección de música de la organización del arte joven cubano, Asociación Hermanos Saíz (AHS).

”Ha sido de vital importancia ser miembros de la AHS, porque es un gremio que defiende a capa y espada el arte joven y, en ese sentido, siempre nos han tendido las manos y facilitado la promoción. Por ellos logramos participar el pasado año en el Festival Jazz Na´ Ma´, en Santiago de Cuba”.

Para Luis Bosh, productor de Bouncing Tempo, en cuatro años han tenido relevante importancia los eventos realizados por ellos cada 30 de abril, Día Internacional del Jazz.

“Estas celebraciones, que desde el primer año nos planteamos, rescatan del olvido a figuras imprescindibles en la historia del jazz de la Isla. El primer año se lo dedicamos a Bebo Valdés, luego, en 2014, homenajeamos al desaparecido Emiliano Salvador, excelente pianista y fuente de inspiración de numerosos músicos cubanos, y el año pasado regalamos una jornada al olvidado Frank Emilio, quien fundara el primer grupo de jazz tras el triunfo de la Revolución.

Este año pretendemos cambiar la tónica, pues vamos a mezclar los géneros y fenómenos del jazz que hemos venido cultivando hasta ahora”, puntualizó el productor.

Para la agrupación guantanamera aún queda mucho por recorrer, deberán seguir encontrando el acople musical, tanto del conjunto como de cada número, una complicidad ineludible en el ámbito jazzístico.

“Han sido cuatro años de arduo trabajo para elevar el nivel profesional y artístico. Hemos tenido muchos contratiempos por la migración de nuestros músicos hacia la capital u otros países, muy natural, pero que en su momento afectó el trabajo del grupo porque hay que empezar de cero cada vez que tenemos un nuevo integrante.

Pese a ello, hemos podido perseverar, seguir haciendo nuestra música e incrementar nuestro público, y para ellos tenemos el apoyo de varias instituciones como la Uneac, el Centro provincial de la Música, la Escuela de Arte Regino Eladio Boti, el Centro provincial de Superación y Artex”, concluyó Julio Ávila.

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