Barranquilla fotoNuestros campeones de Barranquilla: Yorgelis Rodríguez, Ángel Fournier, Yariulbis Cobas, Reynier Henrique y Jorge Grau (de izquierda a derecha).

Con 26 medallas colgadas de sus cuellos, de ellas 13 doradas, 7 plateadas y 6 de bronce, regresan a casa los atletas que representaron a Guantánamo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, que concluyeron el 3 de agosto.

Dentro de los 20 extremo-orientales, significativa resulta la labor del tirador guantanamero Jorge Grau Potrillé, finalmente el atleta cubano con mejor desempeño en los Juegos, con cinco medallas de oro, una de plata (P) y otra de bronce (B).

 

Dos que también sobresalieron fueron los remeros Ángel Fournier Rodríguez y Yariulbis Cobas García, que conquistaron tres y dos coronas, respectivamente, con un segundo lugar para la dama.

 

Los otros tres campeones centroamericanos del Guaso fueron la heptatlonista Yorgelis Rodríguez García, que con 6 mil 436 puntos implantó record para la lid, el boxeador Erislandy Savón Cotilla en los 91 kilogramos y el esgrimista Reynier Henrique Ortiz en la espada masculina individual.

 

El resto de los medallistas del Guaso fueron la luchadora Yakelín Estornell Elizástigue (P), el joven pesista de 18 años Otto Félix Oñate Araujo (2 B); las baloncestistas Yuniesky Bouly Garzón (P) y Clenia Noblet Salazar (P), las sofbolistas Elizabeth Robert Candó (B) y Marlén Bubaire Benítez (B), la nadadora Elizbeth Gaméz Matos (1 P y 1 B) y el boxeador Arlen López Cardona (P).

 

Completaron la nómina guantanamera las corredoras Evelyn Cipriano Charlot y Arletis Thaureaux Guevara, la jabalinista Mailén Brooks Zamora, los voleibolistas Daymara Lescay Cajigal y José Israel Massó Álvarez y el raquetbolista Robin Luis Romero Cabrera. Además, en tierras cafeteras estuvo presente el árbitro de canotaje Rafael Martínez Cardona.

 

Este buen resultado para Guantánamo no iguala o supera las 17 coronas de Veracruz 2014, cuando logramos nuestro segundo mejor resultado histórico en estas lides, pero entonces la delegación extremo oriental casi llegaba a las tres decenas de integrantes.

 

No obstante, hay figuras y deportes que podían haber obtenido mejores resultados, dado sus avales previos a la competencia o durante ella: Arlen López, Yakelín Estornell, el voleibol de sala en ambos sexos y el baloncesto femenino convencional y 3 X 3.

 

Lecciones de los Juegos

 

Los Juegos de Barranquilla pasan a la historia como uno de los más competitivos, dado el hecho de que por primera vez 30 naciones lograron medallas, sin contar la presencia de varios atletas de primer nivel que antes no se “asomaban” a los eventos regionales.

 

Por otro lado, se recordarán los Centroamericanos y del Caribe de 2018 como aquellos en los que nuestra delegación perdió su señorío en dicha justa, que databa de Panamá 1970 –sin contar las ediciones de San Salvador 2002 y Mayagüez 2010, en las que los criollos no participaron.

 

Finalmente México se impuso en el medallero por países con 132 oros, 118 platas y 91 bronces. Los cubanos cerraron la competencia con 102 coronas, 72 subtítulos y 68 terceros puestos, con lo que se ubicaron segundos de forma general.

 

Muchos debates sobre el tema se han suscitado en estos días, y algo queda claro: la actuación cubana fue buena, aunque estuvo por debajo de lo pronosticado.

 

No obstante, de haberse logrado la cuota esperada de entre 115 y 118 cetros, México igualmente hubiera sido ganador, más si tenemos en cuenta que la mayoría de los podios “reservados” que se le escaparon a Cuba no fueron precisamente frente a los “charros”, que atacaron más las “arcas” de los anfitriones de la lid multideportiva.

 

Para dentro de cuatros años, en Panamá 2022, Cuba tratará de recuperar el trofeo perdido. A los Juegos canaleros debemos llegar con una delegación más experimentada –ahora el 66 por ciento debutaba en este tipo de torneo- y varias lecciones aprendidas.

El terreno deportivo internacional es cada día más difícil. Muchas naciones comprendieron que el deporte genera dinero y tiene gran impacto en la vida política y social, y para poder tener beneficios del mismo hay que invertir en el desarrollo de los atletas para llevarlos al primer nivel, algo que sobrepasa las siempre necesarias buenas voluntades.

Cuba vive la realidad de ser un país subdesarrollado y bloqueado extraterritorialmente, que aunque destina cifras millonarias a mantener logros sociales como el deporte –junto a la cultura acapara el cinco por ciento de los 38 mil 12 millones de pesos destinados al sector presupuestado en 2018-, no logra revertir las carencias en cuanto a instalaciones deportivas modernas, implementos, tecnologías de avanzada y apoyo logístico para poder realizar grande eventos en territorio nacional.

A eso se suman otros factores como, por solo citar algunos: el robo de atletas, la gran cantidad de entrenadores que laboran en solidaridad o por proyecto propio en otras naciones, formando a amigos que en el terreno competitivo son rivales, y los problemas organizativos y estructurales que todavía seguimos presentando en el archipiélago y que dependen en algunos casos de poner a mover las neuronas y utilizar y controlar eficientemente lo que tenemos.

En declaraciones a la prensa casi al terminar los Juegos colombianos, según publicó el medio especializado Jit, el Dr.C. Antonio Becali Garrido, presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación, afirmó que el escenario que nos vamos a encontrar a partir de ahora será parecido al de Barranquilla.

“Esa realidad hace que las competencias sean más fuertes. Ellos saben cómo piensa el movimiento deportivo, cómo piensan nuestros atletas. Además de las condiciones que tienen esos países, donde el deporte está siendo cada vez más apoyado por el impacto político que tiene”, dijo Becali Garrido.

Por todo lo anterior, es momento de recapacitar, de mirarnos por dentro, de pensar si podremos mover el escenario ya descrito párrafos arriba –algo que no se logra de golpe y porrazo- o adaptarnos al entorno y cambiar también nuestra forma de concebir e impulsar el deporte, siempre sin abandonar el carácter humanista y de hombre hermano del hombre, que promueve nuestro sistema político-social.

En 2019 llega el próximo reto: los Juegos Panamericanos de Lima, Perú, allá iremos a tratar de reconquistar el segundo puesto de esa lid, pero con los pies un poco más en la tierra.

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