discapacitados esgrimaIntegrantes del equipo de esgrima para discapacitados: Aristea Goulet, Ernesto Savigne, Ada Milagros Urquía, Arnaldo Ortíz y Miguel Delís (de izquierda a derecha).

Confieso que antes de realizar esta entrevista en casa del entrenador de esgrima, Miguel Delís Casamayor, no esperaba encontrar a tres adolescentes que, a pesar de sufrir diversas afectaciones en su cuerpo, emanaran alegría y satisfacción.

Arnaldo Ortiz Casamor y Ernesto Savigne Terry forman parte de los ocho esgrimistas que integran el equipo guantanamero de personas con discapacidad. Ambos jóvenes participaron en la cuarta edición del Festival Paralímpico Nacional de la especialidad. Ada Milagros Urquía Dorgel también integra el conjunto, pero no pudo asistir al certamen, porque se otorgaron solo dos plazas.

 

De un osteosarcoma (enfermedad degenerativa de los huesos) padece Arnaldo, pero esa dolencia no le obstaculiza cumplir sus sueños. “Yo practicaba atletismo inicialmente, pero el profesor me pidió como préstamo para competir en esgrima, me gustó y ahí me quedé”, relata el joven.

 

Con dos preseas de bronce llegó a casa este perseverante atleta que asegura aspira a mejorar esos dividendos.

 

Ernesto padece de parálisis cerebral infantil (PCI), y aunque tiene trastornos en el lenguaje, es muy carismático. Estudia la especialidad de Técnico Medio en Recursos Humanos, en la escuela de economía Asdrúbal López, y confiesa que no le gustaba mucho la idea de practicar deporte.

 

Con la insistencia de sus padres y la del profe Delís se decidió, y hoy es toda una promesa de la espada y el sable en Guantánamo, según Aristea Goulet Boorbús, metodóloga de Esgrima en la provincia.

 

A solo nueve meses de iniciarse en ese deporte, este joven desenfrenado ya logra un quinto lugar en espada y séptimo en sable en su primer evento competitivo nacional, lo que para él representa un privilegio. Igualmente, afirma que prefiere la espada, por desarrollarse mejor en esa especialidad.

 

“La práctica del deporte me ayuda físicamente; gracias a ello recuperé la fuerza y la movilidad en mis brazos y piernas, estoy muy feliz por eso”, comenta con regocijo Ernesto.

 

Otra integrante de la selección guantanamera, Ada Milagros, estudiante de Elaboración de Productos en el Instituto Politécnico Industrial José Maceo Grajales, antes de entrar al mundo de la esgrima practicaba otro deporte: el voleibol. Fue entonces cuando Delís la solicitó como refuerzo para el equipo y, al igual que Arnaldo, se quedó con el sable.

 

A esta jovencita risueña, la disfunción denominada como astrágalo vertical, popularmente conocida como pies planos, no le ha impedido desarrollarse tanto en el estudio como en el deporte.

 

Estos atletas reconocen el apoyo incansable de la familia en la práctica del deporte de las espadas, los sables y los floretes. Sin embargo, expresaron un cariño y respeto especial por su entrenador, y este a su vez, no pudo contener la emoción.

 

También agradecen a los trabajadores de la Asociación de Limitados Físico-Motores de Guantánamo, y a su presidente Simón Despaigne Roble, quienes habilitaron el patio del centro, para los períodos de entrenamiento de estos deportistas.

 

Asimismo, consideran de manera especial a la atleta Denia Rubio Ramírez y al metodólogo de esgrima para atletas con discapacidad Rey Pozo Martínez, parte de los logros que hoy exhiben. Ese es el resultado cuando el sentido de pertenencia, el amor y el humanismo transforman las imperfecciones del ser humano.

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