despaigne jonrron

Como vencer a Morfeo y soportar los nervios al límite durante casi cuatro horas. Sí señores, ese es el inicio de esta crónica, cuando ya el furor de la victoria crucial 4-3 sobre Australia se enfrió un tanto, pero la resaca beisbolera aún embriaga cada rincón de nuestro país.

Es que en Cuba, cada amante tiene un manager dentro, y tratándose del IV Clásico Mundial, pueden imaginarse. Precisamente por eso luego de seguir el partido detalle por detalle hablaré de algunos breaks que rompieron a nuestro favor y que en definitiva acompañaron a las muñecas salvadoras de Alfredo Despaigne, con su grand slam decisivo para asegurarnos en la segunda ronda de la lid, a tono con el propósito inicial “cantado” del mentor Carlos Martí, desde una tendencia poco ambicioso, pero realista, teniendo en cuenta el momento actual que atraviesa nuestra pelota.


Pitcheo: Lázaro Blanco no tuvo ni por asomo el control que caracteriza sus comandos y por ende su principal recurso desde el box. Justamente por esa razón propinó tres transferencias, permitió cuatro indiscutibles en dos y dos tercios de innings. Los dioses del béisbol lo bendijeron y solo así se fue ileso de la lomita, aunque con actuación excesiva de 62 envíos.


Sin dudas la presión volvió a ser el enemigo número uno de nuestros serpentineros: Yera en uno y dos tercios lanzó 39 pelotas (19 bolas-20 strikes) al home plate, y para muchos su estancia fue prolongada en demasía, pues tras el segundo boleto desde mi tónica, debió ser sustituido. De hecho, la primera anotación aussie llegó en las piernas del hombre que recibió la quinta transferencia.


Siguiendo esa cuerda, Vladimir García tiró 51 en tres, y Moinelo 13 a tres oponentes. Si de rendimientos loables se trata y no meterse en camisa de once varas, solo el taponero Miguel Lahera certificó de uno, dos y tres, el noveno acto, con la tensión al límite y dos ponches a su cuenta, incluido el del cierre sobre Brad Harmann con recta de 93 millas.

Una observación: Nuestro staff necesita mejorar su control, seguridad para trabajar a cada oponente, desterrar la presión… De cara a la ronda que se avecina, con batallas frente a Israel, Holanda y Japón, no podemos permitirnos semejante nivel de regalías, entiéndase 15 transferencias en tres choques.


Frente a los aussies igualmente permitieron 13 inatrapables los hombres del staff antillano, solo que los de la Isla Continente dejaron a 15 efectivos en las almohadillas, demasiados para un desenlace de vida o muerte. Todo parece indicar que nuevamente el diestro Vladimir Baños, con un poco más de holgura gracias a la extensión de los pitcheos a 80, será la carta abridora de Martí para medirse a Israel.

Ofensiva: Un swing salvador de Despaigne. Para eso están los llamados bateadores grandes o de momentos clutch. Ese quinto episodio y esa conexión sobre recta en la esquina de afuera y baja del granmense será recordada por mucho tiempo. De hecho, fue un bálsamo que maquilló un poco la realidad que nos ha golpeado madero en ristre en muchos torneos internacionales de la última década: conectar a la hora buena con corredores en circulación.

¿Dudas? Pregúntenle a Carlos Benítez, o Yurisbel Gracial, pues ambos batearon para doble play en momentos climáticos. El primero con las almohadillas congestionadas y ratificando un slump por el que atraviesa en el certamen. Desde mi óptica debe ser sentado. En el caso de Gracial, y pese a ser el mejor hombre al bate de nuestra novena en el torneo, podía haber intentado batear por detrás del corredor hacia la banda opuesta o un toque de bola inesperado.

Sencillamente son opiniones sobre posibles estrategias. Los nuestros igualmente dejaron ocho corredores en circulación y hasta el comienzo de la cuarta entrada ningún hombre le había llegado al segundo cojín a Warwick Saupold, quien con 50 lanzamientos, de ellos 33 strikes, contuvo a nuestra batería. De esos ocho hombres en las bases, Despaigne y Yoelkis Céspedes se hallaban en posición anotadora. Por cierto, Céspedes se tomó cuatro ponches, tres de los cuales se materializaron sobre envíos malos, síntoma de inexperiencia y ansiedad a la hora de discriminar lanzamientos.

Además nuestras huestes fueron estrucadas en una decena de oportunidades y recibieron tres pasaportes gratis a primera, que se combinaron con una decena de inatrapables, sin cuajar, salvo el cuadrangular de Despaigne, a la hora cero.

El béisbol del IV Clásico, en su condición de competición más fuerte de la pelota a nivel global, es muy exacto. Las bondades o desaprovechar oportunidades, casi siempre conducen o abren la ruta del fracaso. Vimos cómo Dominicana erigió su banderín de sólido contendiente, Italia quiere emular a Israel y ya sorprendió a México.

Cuba… sencillamente respira con los pies en la segunda ronda, pero cada uno de estos detalles debe ser analizado en busca de una mayor efectividad, contundencia y un espectro mayor de opciones de triunfo. Nuevamente doblegamos a Australia por la mínima en torneos internacionales, y nos esperan Japón y Holanda, dos de nuestras bestias negras en los últimos tiempos, además de Israel-sucursal yanqui en el round robin que se avecina. Parafraseando una frase del argot popular: “ahora sí la timba se puso buena”.

Fuente: Cubasí

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