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La necesidad de contrarrestar  manifestaciones que atentan contra las regulaciones urbanas fue debatida por especialistas de varias ramas, en coincidencia con el aniversario 147 del otorgamiento del título de Villa a Guantánamo, en la actualidad la sexta ciudad más poblada de Cuba.

Tales análisis prevalecieron durante el taller “Repensar mi ciudad: ¿desafío real?”, promovido por el Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad (GDIC), con el coauspicio de la filial de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción (UNAICC),  la Universidad de Guantánamo y el Centro Provincial de Patrimonio Cultural.

Varias intervenciones coincidieron en exigir el cumplimiento de las Ordenanzas de la Ciudad,  conjunto actualizado de reglamentos, disposiciones, cartas, circulares de variado rango jerárquico,  promulgadas en diferentes fechas y cuya última versión aprobó la  Asamblea Municipal del Poder Popular, el 13 de septiembre de 1995.

Dichas regulaciones, en opinión de Zulma Ojeda, directora del GDIC y Premio Nacional de Arquitectura 2017, son con frecuencia obviadas por personas naturales y jurídicas, a falta (en el caso de las primeras) de una acción combinada,  para hacerlas respetar y que concierne, no solo a las autoridades, sino  al contexto social y comunitario en que se desenvuelve el transgresor.

Pero a la familia, célula básica de la sociedad, enfatizó Ojeda, corresponde  una responsabilidad indelegable en el propósito de contrarrestar manifestaciones que atentan contra el entorno citadino, la propiedad social  e individual,  y la legalidad.

Influyen además en la persistencia e  irrespeto  de los infractores, el desconocimiento del derecho, y de la importancia de preservar los monumentos locales, los valores históricos de las  cuadriculadas calles de la Villa del Guaso y sus coloniales viviendas, edificaciones que desvelaron a José Lecticio Salcines.

Esta urbe  acoge la mayor parte de los proyectos monumentales de aquel arquitecto, ingeniero civil y eléctrico quien incursionó en el eclecticismo y otras corrientes arquitectónicas, participó en el trazado de vías férreas desde Nuevitas hasta Baracoa y fue el autor del irrealizado Proyecto de Uso Múltiple.

La iniciativa, retomada ahora por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, fue premiada en el I Congreso Panamericano de Ingeniería, celebrado en Brasil, en 1949, aprovecharía de los ríos al este de Santiago de Cuba para abastecer de agua a esta ciudad, irrigar el valle de Guantánamo y producir energía eléctrica barata.     

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