che guevara copia

Che:

 

¡Cómo resumir en pocas líneas tu vida extraordinaria!

 

Cómo hablar del hombre, del amigo, del médico…, de tanta sensibilidad artística y humana reflejadas en versos y fotografías.

 

Las memorias hablan de tu humor incisivo, la ironía en tus palabras, esas dotes de “poeta fracasado” que confesabas llevar dentro, y sin embargo afloraron en las cartas y poemas plenos de amor, muestra del padre que fuiste, capaz de conciliar la ternura familiar con la responsabilidad de dirigente y revolucionario.

 

¡Cómo hablar en pocas líneas de tamaño guerrillero!...de tu pasión por las causas justas, de tu entrega, de tu ejemplo. A la luz de los años eres ícono de multitudes, suerte de paradigma donde se conjugan pensamiento y acción.

 

Hoy cumplirías 90 años, Ernesto Guevara.

 

¿Cómo sería la Revolución Cubana si te hubieses quedado entre nosotros?, me pregunto. Pero pedirte que te quedaras, habiendo tantas cosas por hacer en la América Nuestra, es desconocer tu sentido del deber, pensamiento revolucionario y la actitud consecuente que te llevaron a México y a ser expedicionario del Granma, primer voto de amor por Cuba.

 

Desde entonces encontraron cauce tus ideales de revolución continental. “Yo considero mi patria no solamente a la Argentina, sino a toda América…al ofrecer mi sangre por una causa que considero justa y popular”, fueron tus palabras.

 

Che, te apodaron, y fuiste no solo el Che de Cuba, sino del Congo y Bolivia, a donde te llevó la convicción de que la única forma de liberar al continente de dictadores, es derribándolos.

 

Dicen que la muerte no es verdad si se ha cumplido con la obra de la vida. Así que te siento vivo, pues saldaste con apenas 40 años tu “misión que cumplir en el mundo” y por la cual sacrificaste todo: los placeres corrientes, el hogar, la seguridad personal y hasta la propia existencia.

 

Perduran tus ideas, determinantes en los primeros años de la naciente Revolución, tanto como ahora.

 

Trascienden tus enseñanzas económicas, imprescindibles en un contexto de actualización, donde se hacen más necesarios la planificación, el control, la supervisión, el enfrentamiento a los males corrosivos de la corrupción.

 

Tu estilo de trabajo, dirección, y máxima exigencia, constituyen una escuela ética revolucionaria para los dirigentes en los complejos tiempos que vivimos.

 

Che, recuerdo a esta hora tus escritos de guerra, parte imprescindible de la memoria de la Revolución, anécdotas que años después parecen ficción, pero no son otra cosa que el áspero relato de tu vida en campaña, del espíritu de la guerrilla, la emoción de las emboscadas, las tragedias de las muertes sorpresivas…

 

Te recuerdo así, Quijote y Titán de cualidades asombrosas, hijo de tu tiempo con la adarga al brazo; espíritu aventurero de viajero impenitente, buscador de paisajes, vocaciones y destino.

 

Así vas, Che, renaciendo cada día, porque no hay sueños imposibles de lograr mientras queden revolucionarios para hacerlo.

 

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