Justo al inicio de la etapa veraniega era visible el deterioro de muchos parques infantiles del municipio de Guantánamo. La imagen corresponde al ubicado en Santa Rita y el 5 Sur.
Cercas perimetrales desmoronadas, espacios vacíos donde un día hubo portones de entrada, barquitos “naufragados” en el piso, columpios rotos y amarrados por alambrones, cachumbambés tumbados, bancos quebrados,… es ese el panorama que muestran hoy varios parques infantiles de la ciudad de Guantánamo.
Justo cuando iniciaba la etapa veraniega A disfrutar Cuba, coincidente con las vacaciones de los más pequeños de casa, esas instalaciones padecían de desgaste, abandono, descuido, indiferencia, panorama que se mantiene vigente.
La problemática no es ajena a la entidad estatal responsable de su cuidado y preservación, la Dirección municipal de Servicios Comunales. Sin embargo –reconocen-, no será por ahora que reciban una rehabilitación integral, por ausencia de financiamiento.
Reporte de daños
La inoperatividad de los equipos de juegos como resultado del deterioro es el denominador común en los parques visitados por un equipo de Venceremos. No obstante, y a falta de propuestas mejores, los niños aún se valen de esas áreas para divertirse.
De recorrido por el parquecito ubicado en 2 Norte entre 5 y 6 Oeste; los pequeños Dayana Taquechel Savón, Ronni Michel Planche Sánchez y Zenisbel Aguilera Franki, nos señalan la destrucción de la sillita voladora, caballitos, barquitos y cachumbambés, cuyos elementos se han desoldado y nunca vueltos a reparar.
A su corta edad, anhelan no sólo la reanimación de los aparatos, sino que se arregle el cercado, “para que nadie entre en las noches y malogre lo que tanto trabajo lleva crear, para que el parque pueda volver a ser un lindo lugar, donde abunde la vegetación y el colorido”.
A unas cuadras de distancia, en el 5 Oeste y Prado, se da cita el equipo de Yaikel, Rauniel, Leudis, Manleudis, Yoel Alejandro, Yamil y Richard, para jugar al fútbol. La portería, un andamiaje hecho para sostener tres columpios, pero al que no le queda ninguno.
La conversación les hace detener por algunos minutos el partido, para detallarnos problemas similares a los anteriormente expuestos, que ven día a día, y esperan por solución.
Similar situación describen los residentes en la calle Santa Rita y 5 Sur, donde aflora la preocupación porque, a decir de los vecinos, “antes existía un equipo de mantenimiento y reparación de la instalación infantil, sin embargo hace alrededor de dos años nadie va allí.
“Antes veíamos cómo soldaban los equipos –rememora Enrique García Negrín, vecino del lugar- se descargaba materiales en un tractor para el resarcimiento de los daños propios por el uso, pero ya no es así. Falta voluntad para cambiar la imagen del parque”.
Se une al intercambio Mercedes Martínez Ilizástigui, para quien la reparación del parque no pasa de ser una promesa hecha por representantes de la comunidad en sucesivas reuniones con los cederistas, “hasta ahora nada ha sucedido, ni siquiera la poda de las ramas de los árboles ubicados dentro de la instalación que además envuelven el tendido eléctrico y ocasionan cortes al fluido”.
Del norte de la ciudad, también llegan quejas. Sixta Baudín León, vecina del parque infantil ubicado en Carlos Manuel y 4 Norte, reportó hace tres años el mal estado de la instalación cercana a su hogar, cerrado y sin cuidador. “Vienen a hacer levantamientos y croquis los inversionistas de Comunales, pero nada. Como está cerrado los niños trepan la cerca y juegan; es terrible el ruido de esos viejos aparatos”, comenta.
La mayoría de los equipos de juegos se encuentran inoperativos como resultado del deterioro de las instalaciones infantiles.
Perspectivas
El municipio de Guantánamo tiene 29 parques infantiles, incluyendo sendos en las comunidades de Cecilia y Paraguay. De ellos, solo 10 han sido reparados, el resto permanece en mal estado.
Vilmán Pupo Cisneros, director municipal de Servicios Comunales, reconoce que gran parte de la descomposición de los equipos de esas instalaciones infantiles, es responsabilidad de esa empresa.
“El año pasado ninguno recibió mantenimiento y sabemos que debe dársele anualmente porque en ellos juegan niños”, admite.
Informada del alto grado de deterioro, la entidad hizo un levantamiento del estado de los sitios para accionar en la recuperación de algunos, sin necesidad de gran financiamiento, pues no disponen de ello para invertir en esas zonas de recreo infantil, precisó el director municipal.
“Lamentablemente no podemos llegarle hoy a todos. Entre tanto, una brigada se encargará de devolverles la vitalidad a algunos como los del Sur de la ciudad, el de Pastorita, el de Cuartel y 1 Norte y el de Carlos Manuel y 4 Norte".
El resto requiere para su funcionamiento de un proceso inversionista, por ejemplo el del reparto Río Guaso y el ubicado en Máximo Gómez y Jesús del Sol, por lo que tendrán que esperar que se compren equipos para su renovación. Los módulos compuestos por cachumbambés, columpios, sillitas voladoras y caballitos, cuestan 25 mil pesos en moneda nacional.
Según Pupo Cisneros, el trencito del parque La Edad de Oro, ubicado en el reparto Caribe, que demanda de un nuevo motor y el cambio de las traviesas, no está previsto arreglarse este verano. Aunque esa instalación muestra mejor vestidura, no escapa de las carencias.
En relación con el alumbrado, tan demandado por la población como premisa para evitar las indisciplinas sociales, el directivo esclareció que los mismos no llevan ese servicio porque su funcionamiento es de 9 am hasta las 6 pm.
Habrá que ver qué alternativa se toma con las luminarias en el parque La Edad de Oro, donde Graudilio Faure Rosell, custodio, manifiesta que el lugar cuenta con solo dos focos, insuficiente para la magnitud del mismo, y durante las noches se dificulta la protección del sitio.
Existen problemas como consecuencias de las indisciplinas sociales, es el caso del robo de las puertas, las cercas perimetrales y de componentes de los equipos.
Reflexión
Aunque la mayoría de estos problemas recaen en Servicios Comunales, existen indisciplinas sociales como robo de las puertas de los parques, de las cercas perimetrales y elementos de los equipos, que demandan de la acción comunitaria.
¿Cómo aspirar a parques más bellos si no se cuidan? ¿Dónde queda la responsabilidad ciudadana?
Si bien urge un impulso estatal mayor para mejorar las condiciones físicas de esos centros recreativos, también se requiere del apoyo de la población.
No se trata de llenarlos de sofisticados aparatos con altos costos en divisa, sino de obrar con voluntad, empeño y entusiasmo a favor de su rescate.
Igualmente, en la misma medida en que se rehabiliten, será necesario destinar personas encargadas de cuidarlos.
Mientras tanto, corresponde al Consejo de la Administración Municipal, a través de Servicios Comunales, movilizar con tiempo y racionalidad, los recursos necesarios para el mantenimiento de esos inmuebles, de modo que sigan siendo sinónimos de entretenimiento, alegría y diversión para los pequeños de casa y la familia guantanamera.
