Javier SorianoSoriano Begué encomia la calidad que presenta el frijol en su desarrollo.

La Esperanza, finca asentada en la comunidad yaterana El Porvenir, hace honor a su nombre. Sus producciones cada vez son más crecientes y variadas, si bien cultivos como el frijol y el repollo refuerzan con el tiempo su supremacía.

De su progreso sostenible se encarga Javier Soriano Begué, un productor que por sus resultados sobresalientes dignifica la tierra y al campesinado guantanamero, como lo corroboran sus entregas al Estado y a la comunidad donde radica, a través de un punto de venta.

El Rey de la col, como lo identifican muchas personas, sobre todo de la familia agrícola, en la pasada cosecha entregó al Estado 120 toneladas de la hortaliza.

Al momento de nuestra visita, Soriano Begué preparaba los semilleros de col para “iniciar la siembra en cuanto recoja el frijol y la calabaza que hoy ocupan mi tierra”.

Del estratégico grano, clave en la búsqueda de la soberanía alimentaria del país, este asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Antonio Maceo dice comercializará cuatro toneladas, todas del tipo bayo. Mientras que de calabaza aspira a entregar 20.

El frijol común es la leguminosa más importante para consumo directo en el mundo y constituye una fuente importante de proteína en la dieta de muchos países en desarrollo. Entre sus cualidades alimenticias está el poseer alto contenido de ácido fólico y tiamina. También aporta magnesio, potasio, zinc, calcio y fósforo. Se asegura que su consumo frena el envejecimiento celular por su contenido en antioxidantes, otra razón de peso para quererlo en nuestro plato.

“Tanto el repollo como el frijol requieren para su buen desarrollo de fertilizantes y pesticidas, pero eso no lo poseemos. Lo que sí tenemos es el reto y la voluntad de producirlos con recursos locales, es decir, fertilizando la tierra con gallinaza, fumigando con medios biológicos, empleando los bueyes en la preparación de la tierra, en el cultivo, el transporte de las cosechas y otras actividades”, relata.

“Los campesinos tenemos una responsabilidad grande en el enfrentamiento al bloqueo yanqui y es la de producir la mayor cantidad y variedad de alimento posible. En ese propósito la provincia y el país contarán siempre con el aporte de los yateranos”, sentencia Javier Soriano, quien además de labrar la tierra se desempeña como delegado de la circunscripción número 12, en el Consejo Popular Felicidad.

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