Foto: Leonel Escalona Furones
¡A la calle! A la calle, iluminándola a la manera de martianas estrellas insurrectas, marcha en la víspera del cumpleaños del cubano universal la temprana juventud guantanamera de estudiantes y trabajadores con vanguardia de antorchas, sabedora de ser depositaria y continuadora, en los caminos de la Patria, de aquella que no dejó morir al Maestro en el centenario de su natalicio.
¡A la calle! También los más pequeños, la esperanza del mundo, como él la llamó, alumbran la mañana de este 28 de enero de realizaciones y promesas. Desfilan evocando, con múltiples e ingeniosos atributos, al Maestro de todos los cubanos, a 163 años de su natalicio.
¡A la calle! Con ellos va todo el pueblo guantanamero, primero en juvenil cuadro apretado por la calle Paseo, desde la de Ahogados, hasta fundir todas sus antorchas en el simbólico pebetero de unidad, en la Plaza Polifuncional Pedro A Pérez, en esta ciudad, y al amanecer con los niños, en la céntrica de Pedro A. Pérez.
La vanguardia es la consagrada militancia juvenil comunista del Partido en los diversos sectores de la sociedad, fundamentalmente estudiantes y profesionales de la Salud y universitarios, de ese enjambre intelectual y creador en que nació, para la causa de la Patria, el revolucionario que este año cumple 90 de vida, el guiador de las irreversibles conquistas cubanas de libertad, independencia y soberanía, que reafirmará el venidero VII Congreso de la organización aseguradora del rumbo de la Revolución Cubana.
Los de edad menor van de mambises, de rebeldes, de personajes de poemas y narraciones martianas, bailando, traqueteando ritmos en bandas y de otras mil gozosas maneras, enarbolando los nombres de sus escuelas y de sus proyectos socioculturales, celebrando los 55 años de su organización pioneril que lleva el nombre del Apóstol, para enorgullecer sanamente a sus familiares y vecinos, que se suman en cuadro apretado.
Esos jóvenes y niños a la cabeza del pueblo unido de Guantánamo son el mejor regalo del cumpleaños martiano. Ellos celebran sus conquistas, reafirman su compromiso de defenderlas y muestran las esperanzas firmes de la renovación.
“Bello es ver -escribió el propio Martí- a un partido de revolución, que quiere seguir la obra radical de los padres y criar raíces nuevas.” El cronista escucha, en la marcha y el desfile, la voz multiplicada de un veterano de las batallas revolucionarias de los últimos años: “Esto es bello y bueno: Martí y la Revolución están seguras”.
