exterminio bahia2Yanorsi Mendoza Matos, pescador, extraña los tiempos de grandes volúmenes de chopa, isabelita, jiguagua, raya, chucho…Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Pescadores de los poblados cercanos a las riveras de Glorieta, Boquerón y Caimanera, aseguran que hace más de cuatro años no encuentran ostiones, róbalo, patao, sábalo, camarones, y de hallarlos, son tan pequeños que solo sirven para darle sabor a un caldo. Tampoco se avistan las jiguaguas o los alegres y saltarines delfines que habitaban la bahía de Guantánamo

Tales presunciones y otras denuncias informales de ciudadanos indignados, llevaron a las márgenes de la rada, por la zona de Glorieta, al equipo de Venceremos, tras las denuncias de permanente arribo, a diferentes horas del día, de lugareños depredadores, quienes en botes o cámaras de tractor, se adentran en las quietas aguas con larguísimos tramayos y arrasan con pecesillos que distan “millas” de la talla comercial, en mortal atentado contra la fauna de una bahía ya herida de muerte por otras causas provocadas por el hombre.

La Bahía de Guantánamo, dejó de tener sus aguas cristalinas por la contaminación que le llega de los ríos Guaso, Guantánamo, Seco y Hondo, con negativo impacto para la producción salinera, la vida marina y todo lo que de ella depende para la alimentación, empleo, comercialización y equilibrio medioambiental.

En el año 2013, explican especialistas de la Unidad de Medio Ambiente en la provincia, sufrió una fuerte contaminación por vertimiento de productos químicos con altos contenidos de fósforo y nitrógeno que provocó el crecimiento de las algas, disminución de los volúmenes de oxígeno y la muerte de numerosas especies marinas.

La situación se revirtió, comenta Guillermo Lemes, director de la referida entidad, pero la mar continúa contaminada por aguas albañales y la pesca indiscriminada de particulares deteriora la reproducción y existencia de los peces.

exterminio bahia3Parte de la Bahía en el municipio de Caimanera, afectada por la contaminación de las aguas albañales. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

La bahía, la pesca y el hombre

Erlis Matos Frómeta, natural de Glorieta aseguraba que pesca allí desde que tiene uso de razón, “pero nunca había visto el agua tan turbia, ni pasado tanto trabajo para alcanzar un peje. En el mar casi no hay. Antes salía a navegar, tiraba el cordel y en menos de dos horas llegaba a mi casa con par de ensartas, suficientes para repartir a la familia y hasta vender algunos ejemplares.

“Ahora, entro a la bahía temprano en la mañana o al medio día y cuando más lo que logro son algunas curuvinas, macabíes, machuelos, u otra especie, pero no llegan a media libra o 13 centímetros”, cuenta.

Otras versiones aseguran que los pescadores locales, tras regresar de la mar salen a vender cubos llenos de pecesillos de apenas una pulgada. Le cortan la cabecita y la cola y entonces lo denominan “tronchos”.

Yanorsi Mendoza Matos, bautiza su embarcación como “Torpedo”, y en ella navega regularmente por la ensenada donde hace nueve años lanzaba la atarralla o el anzuelo y pegaba la chopa, isabelita, jiguagua, raya, chucho… pero hoy solo halla fango en el fondo del mar.

“La pesca me facilita una entrada buena de dinero -confiesa- y en los días malos, busco en el aire al pelícano pardo, que se zambulle y me marca el territorio donde puedo encontrar al peje. Me ayuda a llevar algo a casa”.

El diálogo es contraproducente: “…la pesca me facilita una entrada buena de dinero”, lo reconoce Mendoza y entonces vale preguntarse si la captura se enrarece ¿a qué precio ecológico logra dividendos económicos? ¿Al costo de la depredación?

exterminio bahiaEn la comunidad de Glorieta, por la pesca indiscriminada, la curuvina no tiene oportunidad de desarrollo y llegar los 40 centímetros de su óptima talla comercial. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

La llegada del equipo periodístico a Glorieta ahuyentó a quienes normalmente capturan y comercializan “alevines” o tronchos como han designado a su mercancía final y hasta se produjeron momentos comprometidos para los entrevistados, cuando habituales compradores llegaban a ellos o sus viviendas requiriendo pescado y frente a los reporteros se producían expresiones como “aquí nunca se ha vendido, usted está equivocado”, reacciones inesperadas que, dejaban estupefactos a quienes buscaban el producto marino.

Annier Matos Gámez, otro pescador, también extraña la época de los macabíes, el machuelo, el sábalo, los peces grandes y gordos, “ahora un macabí, cuando lo encuentro”.

Onix Urruchaga Urrutia trabajador en la Cooperativa pesquera de Caimanera Gustavo Fraga Jacomino, añora la abundancia de 1994, cuando su tripulación “la reina de la jiguagua y la lisa”, capturaba róbalos de 60 centímetros y hasta sábalos de dos metros, cumplías con la cooperativa y cada miembro ganaba cada quincena 900 pesos.

“Desde el 2013, el color del agua cambió y las especies marinas comenzaron a desaparecer, sobre todo los ejemplares de mayor talla. Vinieron los incumplimientos y el salario disminuyó hasta 180 pesos mensuales. Tuvimos que laboralmente emigrar hacia Niquero.

“Todavía aparece la jaiba, curuvina, macabíes, patao, machuelo y alguna jiguagua en volúmenes escasos y la bahía continúa dañada por la suciedad y por los pescadores particulares, quienes entran al mar tres veces al día con sus tramayos; y golpean la superficie del agua, para ahuyentar a los peces y dirigirlos hacia sus finas redes, impidiendo de paso que desoven en los lugares habituales”, denunció.

Recuperar el entorno

La rada de Guantánamo, de doble bolsa y con varias sub-bahías, es considerada entre las mejores del mundo y la segunda, en extensión del país (más de 100 kilómetros cuadrados), con 5,2 kilómetros de ancho (este-oeste) y 20 de extensión (sur-norte) desde su entrada, ilegítimamente ocupada por la Base naval que impone a Cuba, desde 1902, Estados Unidos de América.

La pasarela, obra ingeniera ejecutada en interés de la defensa del país, divide la ensenada en dos y se suma a los factores de empobrecimiento de la vida acuática, según especialistas que la caracterizan como barrera artificial cuya maya, a pesar de ser regularmente limpiada, entorpece el normal flujo y reflujo del agua de mar y limita la entrada a la bahía de cardúmenes y peces de gran tamaño que encontrarían en ella las aguas cálidas e ideales para el desove y la reproducción.

exterminio bahia4La mojarra es otra de las especies capturada indiscriminadamente, sin tregua para llegar a la adultez y edad reproductiva y a ese paso un día desaparecerá de la bahía. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

La bahía de Guantánamo -definen- es refugio de fauna para todas las especies del Mar Caribe, a las cuales, en el caso particular, se les plantea el valladar natural de su entrada estrecha y sinuosa, todo lo cual ha inducido, junto a la pesca abusiva e indiscriminada, la disminución y desaparición de especies como los delfines, que siempre vivieron en aguas cercanas a Boquerón, cuya población en 2013 se estimaba en unos 30 ejemplares, pero ya no se ven, al parecer salieron mar afuera sin “visa” para regresar.

Pero el fenómeno actual, pese a la existencia desde 2010 de un Programa de Manejo Integrado de zonas costeras liderado por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, de la educación ambiental que este presupone y las medidas de protección al frágil ecosistema, es la depredación humana de las especies marinas, a las que no se les permite desarrollarse y hasta se le niega el “derecho animal” de desove para la reproducción.

Finas redes se extienden bajo las aguas como barreras asesinas para llevar horas después a la orilla despedazados peces, vidas truncadas que comprometen el futuro de la bahía y de quienes son usuarios de sus aguas.

Desde este artículo Venceremos intenta llamar a la conciencia de los “hombres de mar” para que desistan de la depredación, más allá de engañarse a sí mismo ocultándose de la prensa, sin mirar al futuro desde el presente. El hecho de que el ecosistema y la biodiversidad sufran cada vez mayor degradación dispara las alarmas, pues de ese entorno depende la calidad de vida hoy y de los sucesores del mañana.

Pero la buena voluntad y el consejo oportuno no bastan, por lo cual llama a las autoridades correspondientes a hacer valer las leyes y detener el exterminio a que las malas prácticas condenan a la fauna de la bahía.

exterminio bahia5Bahía de Guantánamo, cuya entrada usurpa ilegalmente el gobierno de los Estados Unidos.

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