Una singularidad del sistema político cubano, por su forma de nominación, gestión y función, lo constituye el delegado del Poder Popular de circunscripción, eslabón entre el ciudadano y el Estado.

En un contexto de actualización del modelo económico y social, ese dirigente de barrio, cuyo modo de elección está contenido en la Ley No. 72 de 1992 (Ley Electoral), adquiere particular trascendencia.

Ya lo define el IV Congreso del Partido: “(…) La célula  básica de toda la estructura del Poder Popular cubano es la circunscripción, cuya concepción y funcionamiento convergen esencialmente en la figura del delegado y representa los aportes más legítimos y auténticos de nuestro sistema democrático”.

Para saber más sobre este tema y a propósito de la realización del cuarto proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores -que casi llega a su fin-, correspondiente al XVI periodo de mandato de las Asambleas Municipales del Poder Popular, Venceremos conversó, con el M.Sc. Dayron Lorenzo Salazar Caramazana, profesor del Departamento de Derecho, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, de la Universidad de Guantánamo.

Como jurista, Salazar Caramazana es Supervisor provincial de la Comisión Electoral y Coordinador, por la Universidad de Guantánamo, del Eje estratégico Seguridad de los ciudadanos, contenido en la Estrategia de Desarrollo hasta 2030 que lidera la Asamblea Provincial del Poder Popular.  

dayron profesor derecho“La democracia se ejerce en el lugar adecuado y la unidad se materializa en espacios concretos, precisamente uno de ellos es la asamblea de rendición de cuenta”, valoró el Ms.C. Dayron Lorenzo Salazar Caramazana. Foto: Cortesía del entrevistado

¿Quién es el delegado?

“Es la expresión del Estado en el nivel más mínimo, más local. Representa al poder estatal en cada una de las demarcaciones que atiende -en este caso, las circunscripciones-, que es por donde se elige y desempeña. Además, una vez electo allí, en la base, es miembro automáticamente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, y junto a sus similares elige al Presidente a esa instancia.

“¿Qué permite esto? Pues que no sólo en teoría, sino en la práctica, exista en las Asambleas Municipales una representación de todo el territorio de esa localidad, con las visiones particulares de cada una de las zonas.

“Él canaliza las inquietudes y los planteamientos para que los tengan en cuenta en los planes de inversión y desarrollo, y en las perspectivas de solución de los problemas. Luego, debe rendir cuenta al elector, porque el derecho constitucional prevé este acto para todos los cargos públicos, lo que evidentemente es positivo. Así hay un control popular de la función del delegado”.

¿Cuáles tareas tiene a su cargo?

“Un delegado conoce a cabalidad los problemas de su circunscripción, sabe donde hay irregularidades en la gestión de determinadas empresas y servicios que allí tienen sus dependencias, por tanto, las aglutina y las presenta en la Asamblea, a la vez que cumple la tarea de representar a todos los habitantes del territorio en el que sirve.

“Tiene, además, una responsabilidad para con sus electores y con el municipio completo cuando se encuentra en Asamblea Municipal. De las decisiones que allí se adoptan, luego se encarga de trasmitirlas en el proceso de rendición de cuenta, donde debe brindar una explicación de las respuestas a cada uno de los planteamientos y, en caso negativo, por qué no.

“Hay una función que a veces es ignorada y es que también puede buscar soluciones que competen a la comunidad. Tiene que ser capaz de crear equipos de trabajo con vecinos que estén dispuestos para ello, gestionar que los ciudadanos se integren en búsqueda de soluciones. No es su obligación, porque para eso existen las instituciones, pero es importante que la gente sea parte activa en la solución”.

¿Qué cree de la misión de esta autoridad en medio de un contexto de innegables dificultades económicas que atraviesa el país?

“Hoy es difícil la misión, sobre todo bajo la situación que tenemos: un país bloqueado, con un presupuesto que cada día hay que ajustarlo más a los cambios imperantes en el mercado. Es complejo resolver todos los problemas cotidianos: materiales de la construcción, telefonía, alimentación, servicios públicos de salud… Las personas se sienten afectadas por una realidad que ha marcado a la Revolución Cubana por más de 50 años… y es el delegado quien recibe todos esos planteamientos.

“No administra recursos económicos ni financieros, por lo cual está imposibilitado de resolver por sí mismo todas las necesidades que los ciudadanos le plantean; él simplemente tramita, agiliza, encamina, transmite el problema para que entonces a nivel de municipio se pueda encontrar una solución”.

Fuera del país se tiende mucho a cuestionar la democracia en Cuba, y dentro de ella al delegado ¿no es acaso una figura democrática?

“Es una figura democrática, porque lo nomina el pueblo sin presión ni propuestas previas, y por su modo de elección. Hay que sumarle que, una vez nombrado, tiene que rendir cuenta a la demarcación que él sirve, incluso, aunque existan electores que no hayan votado por él.

“Pertenece al pueblo, puede ser ama de casa, trabajador, un jubilado... No hay obstáculo siempre que tenga mayoría de edad, a menos que sea un impedido mental o que esté privado de derechos públicos al estar cumpliendo una determinada sanción”.

asamblea rendicion cuentaEn la provincia de Guantánamo deben de realizarse al cierre de mayo –fecha en el que culmina el proceso de rendición de cuenta- un total de mil 779 asambleas. Foto: Leonel Escalona Furones

Podría abundar en la singularidad de esta figura de circunscripción en el sistema político cubano.

“A mi juicio la institución del delegado es muy atípica. En otros países adquieren nombres diversos, como concejal de distrito, por ejemplo, pero la función se diferencia, porque en Cuba es una persona muy ligada al pueblo, conoce los problemas, pues los vive cotidianamente y reside en el barrio que representa.

“También tiene espacios para la atención a la población, que son los despachos con los electores; no hay una distancia entre él y los ciudadanos, e incluso, a veces los problemas se comunican en un ambiente informal, cuando se encuentran habitualmente en lugares públicos de su comarca, no hay una tramitación burocrática, y eso me parece positivo.

“No percibe salario por el trabajo que hace y no necesita tener títulos o fortuna para ser electo. Basta que sea el mejor y el más capaz por determinación del voto popular.

Creo que el gran inconveniente que tiene hoy el trabajo de esta autoridad es el proceso de comunicación con los ciudadanos. Las rendiciones de cuenta durante un tiempo fueron muy básicas, lo que trajo como consecuencia la formalidad de ese momento. Hoy se están rescatando para convertirlas en verdaderos espacios de gestión ciudadana del poder del pueblo refrendado en la constitución”.

“Falta ganar en ese sistema de funcionamiento. No es suficiente que los organismos manden a alguien a que los represente, si después ese encargado no trasmite la problemática en su institución y se le busca una solución”.

¿En su consideración entonces qué se debe hacer en lo adelante para perfeccionar el trabajo de este representante del pueblo?

“Es necesario más protagonismo de los ciudadanos en la asambleas de rendición de cuentas. Es preciso convertirlas en un verdadero ejercicio democrático.

“Hoy, en diversos espacios dentro y fuera de Cuba se habla del supuesto apoliticismo, sobre todo, en jóvenes. Realmente eso no existe, porque cada persona toma partido en algún momento.

“Participar en las reuniones y hacerlo de forma activa es trascendental, esa es la verdadera democracia. Asumir posiciones de que la política no me interesa, es una forma de seguirle el juego a los enemigos que intentan destruir el sistema social cubano. Este país se ha construido tradicionalmente entre todos, toda opinión importa.

“La democracia se ejerce en el lugar adecuado y la unidad se materializa en espacios concretos, precisamente uno de ellos es la asamblea de rendición de cuenta.

“En ese sentido, la figura del delegado tiene mucho futuro, creo que es una institución para conservar, porque ha tenido aspectos muy positivos. Tiene una participación real y distinta en relación con el diverso entramado de estructuras pensadas para establecer la democracia en otros sistemas”.

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