compra balitaDe manera general, el proceso de venta liberada de GLP marcha sin mayores contratiempos. Fotos: de la autora

La mujer dice que es el momento de quejarse y se queja. Tiene a su haber, listas y colas cantadas desde que se dijo que las balitas se venderían “por la libre”, y ahora que le toca, un día de sol en los hombros, y las manos todavía vacías. Ha pasado solo una semana desde que inició el proceso.

Con el calor de la tarde aguijoneándole aún más la paciencia, Yamisleydis Cuevas tiene mucho que decir sobre el comportamiento de la venta de gas en el punto de la Empresa Comercializadora de Combustibles, Cupet, de San Justo, adonde concurren tanto personas de ese populoso barrio como del centro y norte de la urbe.

Los primeros días, cuenta, “cerraban a las 10 de la noche, pero el 12 de junio (día anterior a la visita periodística) dijeron que terminarían antes y en la siguiente jornada anunciaron que la contratación sería hasta las cinco, que es la hora oficial, increpa, alto, para que la escuchen las decenas de personas expectantes, como ella, desde el amanecer.

El coro, alrededor de la quejosa, se forma rápido. Son lentos, dice, y quien no se contenta con asentir con la cabeza, la apoya en voz alta. Y por el mediodía “entraron varias personas que no son de la cola, que, por cierto, se respeta, y cuando protestamos dijeron que los iban a atender no importa qué dijéramos”, continúa.

Presentes aseguran que sobre las cuatro y media de la tarde se habían atendido no más de 30 personas por la cola en cuatro posiciones, una computadora con el sistema Gaspo, y tres personas –varían- que realizan la contratación manualmente, con el trabajo extra de pasarlo luego al programa informático.

Susana Rodríguez es más conciliadora. “El problema es que las condiciones de la oficina no permiten que otras personas puedan trabajar ahí dentro, porque además son muchos papeles, yo creo que van a un ritmo normal”.

Para Lázaro Mariño, el problema es, sencillamente, “que el método guantanamero no funciona”, y alaba las ventajas de hacerlo a la manera de Granma y, según indagaciones de este periódico, Las Tunas: una venta ordenada por bodega que evita molestias y sortea aprovechados, al menos, en teoría.

Adentro, la jefa del punto de venta, Yarelin Durán, solo explica que la tardanza de ese día se debe especialmente a que recibieron mercancías de Cupet, “y todo tenemos que hacerlo las mismas personas, el control, la fiscalización, la recepción en el almacén, los cierres”.

Para la funcionaria, el asunto de la tardanza es también relativo. “En Guantánamo, llegas al punto y puede ser que te tardes un poco, pero cuando sales te vas con tu contrato, con tu legalización y tu balita llena. No tienes que moverte a otro sitio ni hacer una segunda o tercera cola”, sostiene.

Tres trabajadores de la empresa apoyan el trabajo de los obreros de plantilla, pero el alivio de personal planteó la necesidad de cambiarse de local: la oficina con fines comerciales del establecimiento es un rectángulo de unos 4 metros cuadrados, así que desde hace 15 días ocupan un espacio de Oficoda, sin condiciones que permitan alargar el horario.

compra balita2Hasta ahora, asegura Maylín Rodríguez, no ha fallado la distribución de gas en la ciudad de Guantánamo. Fotos: de la autora

Entro al punto con la advertencia general de no “distraer” la contratación, así que solo hago una pregunta. ¿Por qué tardan tanto? “No tardamos. A mano, en un día, hago hasta 30 contratos”, me dice una trabajadora. En un día, que no es este, en ese punto se han rubricado hasta 150 de estos documentos.

En el reparto Dabul las caras cambian. A la sombra, frente al punto, esperan varias personas, algunas de ellas, con cilindros para legalizar. Cada uno, la tarde anterior, revisó que ya le tocaba comprar y dispuso sus asuntos para la espera, que aquí parece más calmada, y hasta diáfana.

A pie de ventanilla y un poco más allá, donde las personas esperan a la sombra, la gente coincide en lo lento del proceso, al tiempo que reconoce que se ha mantenido ordenado y tranquilo.

Dignora Rodríguez López, vecina del reparto Obrero, opina que el abastecimiento del establecimiento por Cupet, y la recolección de dinero que realiza Trasval debería hacerse en otro horario, pues su presencia detiene las ventas.

Dentro del punto, el ambiente es más agitado. Papeles y más papeles son llenados, firmados y revisados en cada operación, y el dinero cuidadosamente contado. El proceso, confirman, marcha sin contratiempos, incluido el programa informático Gaspo. Lo más difícil, coinciden, son las horas de trabajo extra.

También hay movimiento en el almacén. “La gente viene a legalizar sus balitas y a llevarse su gas y sus accesorios. Las legalizaciones, por lo menos aquí, han pasado sin problemas”, tercia Gilberto Torriente Cuza, a cargo.

En el 1 Oeste entre 5 y 6 Sur, como anunciaron los vecinos, la comunidad ha tomado el mando de la situación. No solo mantiene un estricto seguimiento de las colas, también facilita la faena de tres mesas donde trabajadores de apoyo de Cupet confeccionan contratos de forma manual.

Al orden y las atenciones contribuye Rosa Noria Labacena, delegada de la circunscripción 71 del Consejo Popular de Sur Isleta. “Con la comunidad, gestionamos mesas, sillas, café, agua…, además de los aseguramientos que aporta Cupet a sus obreros, y garantizamos que haya disciplina y respeto a la fila. Aquí, lo que necesitamos, es más personas contratando”.

De las opiniones de la población, se repiten las quejas por la lentitud del llenado de la documentación, que es demasiada, según hicieron notar varios clientes potenciales de la empresa, y la percepción de que hay orden.

Cada día, increpó hace varias jornadas Israel Rodríguez, “dan 100 tickets, pero se tardan tanto allá adentro que para cumplir con todos se pasan hasta tres días”. Lo más que se contrató la semana pasada allí, en un día, no sobrepasó los 150 contratos, reconoció Alfredo Rey, especialista del punto.

Del otro lado están los que no ven cerca la posibilidad de la balita. “Me vine a enterar de las colas por el periódico y cuando fui a ver, por mi barrio la lista iba por miles. Ahora me dicen que en la calle aparecen tickets de 50, 60 y hasta 70 pesos, pero sinceramente no he salido a buscar a los revendedores”, alega Evelio Matos, residente del centro de la ciudad.

“No lo veo bien, que una ciudad tan grande y con tantas personas por gasificar haya solo siete puntos para hacer tu contrato y tres o cuatro personas atendiendo al pueblo y en un horario súper reducido”, continúa.

En nuestras indagaciones, solo unas pocas personas refirieron la existencia de estos “coleros”, pero no nos consta.

El descontento también se manifestó desde nuestras publicaciones en Internet. A mediados de la semana pasada, el usuario Entrerios balita comentó: “Muy demorado el trámite para los contratos (…), no aparece una mejor gestión ni sentido de comercio, y gracias a las colas con tickets, porque quién hubiera encontrado un último con tanta demora en hacer un contrato. Cuatro días y andan por el 110”.

compra balita3Los puntos de San Justo y el 7 Oeste entre Aguilera y Crombet fueron reforzados con personal de educación, aseguró comunicadora de Cupet, y en los próximos días deben incorporarse otros al del 1 Oeste. Fotos: de la autora

Pero se mueve…

A dos semanas de iniciada la venta liberada del GLP, Maylín Rodríguez Fuentes, especialista en Comunicación de Cupet, explica que se habían realizado siete mil 618 contratos, se han arrendado ocho mil 373 cilindros, y legalizado dos mil 410. Las ventas totales, que incluyen lo anterior, pero a lo que se le suma la compra de gas de quienes ya tenían su contrato, rondan las 11 mil.

Las ventas, ratifica, están muy por encima de los niveles planificados, lo que los obligó a adoptar, “como estrategia, la extensión de los horarios durante la noche, aunque en nuestro recorrido esta práctica parece bastante causal y en peligro de extinguirse.

También, abunda, “casi todos los puntos se reforzaron con trabajadores de Cupet que llenan los contratos a mano, a los que, en los últimos días, se han sumado una decena de profesores, empezando por San Justo y 1 Oeste entre 5 y 6 Sur, fundamentalmente.

Sobre el funcionamiento de los sistemas computarizados, la funcionaria confirmó que “hasta ahora, corren sin dificultades”, mientras reconoció que excepto en San Justo, el reparto Caribe, y el 7 Oeste entre Aguilera y Crombet, donde en los primeros días se reportaron algunas indisciplinas, el proceso ha transcurrido en calma y con suministros suficientes de gas.

A estas alturas, lo más criticado es la tardanza que, además de las molestias, puede convertirse en un problema para quienes deben legalizar sus cilindros antes del 5 de septiembre, a juzgar por la cantidad de documentos que se han confeccionado hasta ahora y la leve disminución de los contratos realizados la semana anterior con respecto a su predecesora.

Con este panorama, no puede criticarse que la gente siga buscando alumbrarse con la primera luz.

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