Casi se alarmó cuando le pregunté si nunca pensó en vivir en otro lugar, pues su talento podía abrirle muchas puertas. Me respondió que había nacido en Guantánamo y aquí quería morir, que esta es su tierra y el orgullo y amor que siente por ella no le permiten abandonarla. “Soy guantanamero de pura cepa”, me dijo sonriente.
Así es el doctor Ángel Piris Momblant. Este destacado profesor, investigador auxiliar y consultante, especialista de Segundo Grado en Cirugía General, experto en las operaciones de hígado, vías biliares y páncreas, MSc. en Urgencias Médicas y fundador de la docencia médica en Guantánamo, está decidido a brindarle sus conocimientos a su pueblo, hasta el último de sus días.
Sobre sus inicios en el mundo de la Medicina cuenta que se graduó en 1975 como cirujano en la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Fue fundador de la de la Facultad y Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, de la docencia en la Casa de Altos Estudios y del Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto.
El año 1978 trajo novedades para la más oriental de Cuba: se introdujeron en la provincia las primeras técnicas quirúrgicas para tratar el páncreas, y la persona responsable de ese importante logro fue el doctor Piris Momblant.
Desde entonces ha realizado alrededor de 120 intervenciones, lo que ubica a la provincia, y en especial al Hospital General Docente Dr. Agostinho Neto, entre los centros en Cuba con más experiencia en esas cirugías, que se ejecutan tradicionalmente en grandes centros asistenciales de referencia internacional como el Hermanos Almeijeiras, en La Habana, por su complejidad.
Sin embargo, ser portador de tan vasto conocimiento no es suficiente para él, necesita compartirlo y de esta forma contribuir a la formación de las nuevas generaciones de galenos. Es así como de médico se convirtió en escritor.
Su libro Páncreas: técnicas quirúrgicas, recoge toda la experiencia de más de treinta años en el hacer quirúrgico del páncreas, es el primero y único que se ha publicado en Cuba dedicado a la temática. Constituye una fuente de obligada referencia y consulta para la formación del cirujano y la actualización del especialista.
A simple vista es posible determinar que el doctor Piris Momblant es un escritor apasionado. En su obra, con un lenguaje sencillo, expone detalladamente cada proceder quirúrgico, antiguo o moderno, practicado por él en los salones de operaciones del hospital provincial, para aliviar las enfermedades del páncreas.
“El libro abarca todas las técnicas que se utilizan actualmente. Algunas viejas y otras muy novedosas, que se realizan en intervenciones de hospitales de referencia internacional, ya sea de Europa o los Estados Unidos, y tienen gran aplicabilidad”.
Le tomó tres años al autor escribirlo. Es un texto de 174 páginas que contiene 10 capítulos y unas 164 imágenes inéditas, aportadas por el propio autor.
“Consulté la literatura nacional e internacional, dispersa, por cierto, lo que me permitió realizar una amplia investigación bibliográfica. En fin, lo que he hecho siempre es estudiar todas las técnicas, apropiarme de las mejores e introducirlas en el territorio, y con el libro lo que hago es socializarlas.”
Los reconocimientos no faltan para este eminente Doctor. Entre los muchos que ostenta están el Sello 80 Aniversario de la Sociedad Cubana de Cirugía, las Medallas Distinción por la Educación Cubana, Conmemorativa 50 Años de las FAR y Combatiente de la Clandestinidad, Premio Anual de Salud 2012 por su libro “ Páncreas: técnicas quirúrgicas", además de otros tantos lauros por los méritos en su destacada labor.
Sin embargo, resguardada con celo y orgullo se encuentra la estatuilla que representa el reconocimiento del pueblo: el símbolo de la ciudad La Fama.Este es, sin duda, uno de sus lauros más queridos. Hoy, con sus 77 años, este héroe de bata blanca desde su modestia y sabiduría rememora aquel instante especial en 2012:
“Fue una distinción muy grande. Me sentí muy honrado. Lo único que he hecho toda mi vida ha sido trabajar por la salud y el bienestar de mis pacientes de manera desinteresada, simplemente por la satisfacción del deber cumplido. Sin embargo no hay mayor alegría que el reconocimiento, sobre todo, el del pueblo, que se sienta feliz del servicio que los médicos le prestamos es el mayor homenaje a nuestra labor y el mejor agradecimiento por todos estos años de asistencia a las personas, no solo de Cuba, sino también de otras partes del mundo”.
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