La obra deTomás Fiel Rodríguez al servicio de la sociedad lo hizo merecedor del símbolo de la ciudad de Guantánamo
Tomasito, como cariñosamente llaman a Tomás Fiel Rodríguez, tiene el don de encantar y contagiar a las personas por su peculiar carácter. Amabilidad, sinceridad, jocosidad… distinguen a este sencillo guantanamero, nacido hace 72 años en el montañoso municipio de Yateras, más de la mitad de los cuales ha dedicado a la agricultura, de cuya entidad administrativa llegó a ocupar el cargo de subdelegado.
Al entablar un diálogo para Venceremos, este agitador político por excelencia, insiste en rememorar épocas distintas, anteriores a la Revolución, cuando “como tantos cubanos padeció en carne propia las discriminaciones de quienes vivían en el campo. .
“Había que trabajar duro para ganarse el sustento diario y en mi caso, cuando no estaba en la intrincada escuelita pública de la Caridad de Los Indios, tenía que acarrear una carreta de bueyes, tirando caña hacia el central San Antonio de Redó, hoy Manuel Tames.
“Contaba sólo 13 años, pero había que hacerlo porque el viejo enfermó y era necesario buscar dinero para pagar la comida, las libretas, los lápices…, y los posibles requerimientos médicos.
“Felizmente la Revolución acabó con aquel mal vivir y trajo luz y esperanza a todos los rincones del país. Todo cambió y se abrieron las oportunidades reales de estudiar y pude hasta graduarme como Licenciado en Derecho, en 1983”.
Confiesa que cuando comenzó a laborar como jefe de Recursos Humanos en una granja cañera de El Salvadornunca imaginó permanecer tanto tiempo vinculado a la Agricultura, donde se convirtió en un líder natural, seguido y querido tanto por trabajadores como por sus directivos.
“Participar con numerosos trabajadores en movilizaciones hacia las zafras cafetaleras y azucareras, en la limpieza e higienización de la ciudad, la construcción del centro de ceba de cerdos de Maqueicito y del complejo recreativo Hanoi, o en la organización de ferias agropecuarias, que entonces se realizaban todas las semanas, era parte de mi universo vital”.
Cuenta que participó de la extracción y traslado de madera desde las montañas de Imías hasta el aserrío del poblado, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz indicó apoyar esa tarea, una de las más difíciles que “he tenido que cumplir”, asegura.
“Me gustaba arengar a los trabajadores para impulsar cualquier tarea de choque, improvisar mítines para resaltar el acontecimiento del momento y su impacto en la sociedad guantanamera, pronunciar discursos en actos y asambleas. Y había que escucharme” -alardea- labor de agitación que hizo público su rostro el universo de la Agricultura.
Aseguran algunos de quienes compartieron aquellos momentos que Tomasito discursaba con profesionalidad y el corazón en la mano, como se dice, usando palabras que estimulaban el pensamiento y tocaban las fibras más sensibles de las personas y llegó hasta ser bautizado, por periodistas que atendían el sector como “el Vocero de la Agricultura”.
Cuando se jubiló en el 2008, se le echó de menos, pero cuando todos pensaron que definitivamente se había retirado, reapareció en el surco, esta vez como usufructuario de una caballería de tierra, otorgada mediante el Decreto Ley 259.
De su finca, en las cercanías de la cantera de piedras, en Niceto Pérez, asegura haber vendido más de 15 mil litros de leche a la industria láctea, cerca de 70 cabezas de ganado a la Empresa Pecuaria Iván Rodríguez y miles de quintales de plátano, calabaza y otros renglones, a las placitas.
Este año -advierte- definitivamente va a descansar, pues a solicitud de la referida entidad económica entregará la finca para posibilitar la ampliación de la siembra de plantas forrajeras para la alimentación del ganado vacuno.
A sus 72 años, asegura sentirse feliz por cuanto ha hecho, pero inconforme porque se le acaba el tiempo para seguir aportando utilidades y puntualiza, otros seguirán, sobre todo la juventud que “defenderá la Revolución y aprovechará sus inagotables bondades”.
Con orgullo de guantanamero sentenció: “Es un privilegio vivir en una tierra con tan rica historia y tradiciones de lucha. Por aquí desembarcaron Antonio Maceo y Flor Crombet el primero de abril de 1895 y 10 días después lo hicieron José Martíy Máximo Gómez para reiniciar la Guerra de Independencia , a la que se sumó con protagonismo particular el más ilustre de los lugareños: el Mayor General Pedro Agustín Pérez.
El aporte a la sociedad de este destacado hijo del Guaso, merecedor de numerosos reconocimientos y medallas, fue aval para que la Asamblea Municipal del Poder Popular de Guantánamo le entregara La Fama, símbolo de la ciudad, en el año 2008, y que a propósito del aniversario 145 Venceremos publique esta entrevista.
“Es el más alto premio recibido por mi modesta contribución a la sociedad guantanamera y es un orgullo saber que también lo recibieron hombres de la estatura del Líder de la Revolución Fidel Castro Ruz, y los Cinco Héroes Antiterroristas cubanos.
Comentarios
Felicito al autor de este trabajo y lo convoca a que siga aportándo conocimientos biográficos de gauntanameras y guantanameros.
Comentó: El Villa de AN
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