yoel medula chinaYoel y Dianet en Oblivion, en El Huevo, de Beijing.

El cielo estuvo en China para Yoel González Rodríguez y Aracelys Dianet Lobaina. Al menos por esta primera vez. Los bailarines de la compañía Médula retornaron a su fragua guantanamera, tras realizar seis actuaciones en cuatro principales ciudades del país asiático, marcados de impresiones por hechos únicos. 

Oblivion y Filia fueron las obras mejor recibidas, con seis y cuatro representaciones, respectivamente”, declara su coreógrafo e intérprete Yoel, fundador de Médula, que celebra cinco años de existencia. La primera comenzó la intensa gira en el Teatro Nacional (El Huevo), de Beijing, los días 29 y 30 de abril, junto con América, creada por él para Dianet.

“En Shangai actuamos sábado 4 y domingo 5 de mayo, y fue la culminación, de mayor interacción cercana con el público en un escenario gigante; tras hacerlo en Naijín y Taijín, el miércoles primero y jueves 2, respectivamente, como bien lo concibió Paul Seaquist, el director artístico de los programas”, sintetiza Yoel, tras intercambiar en Guantánamo con el Consejo provincial de Artes Escénicas.

Malakhov y amigos fue el espectáculo del que formaron parte, junto a otras figuras del género, de diversas nacionalidades e integrantes principales de prestigiosas instituciones: Ballet de la Ópera de París, rusas (Ballet del Teatro Mikhailovsky y Ballet Bolshoi), y alemanas (Ballet Karlsruhe del Estado de Baden y Ballet Estatal de Berlín).

“Allí no tuvimos que convencer, sino mostrar la calidad de nuestra lírica, como artistas guantanameros, como lo hicieron en sus presentaciones Vladimir Malakhov y otros reconocidos artistas mundiales del ballet: Dinu Tamazlacaru, Lisa Pavlov, Alessio Carbone, Laëtitia Pujol, Julian MacKay y Kristina Kretova. Juntos brindamos espectáculos cada día, ante un público conocedor y exigente”, aprecia el coreógrafo.

¿En qué pensabas al terminar de actuar?

-Que, aunque me hizo crecer, no soy un intérprete, sino un coreógrafo. En la gira del año anterior, Malakhov bailó una pieza mía: es la historia real de mi obra; él fue ahora el ángel de las estrellas. Fui el único coreógrafo que bailó, éramos únicos en danza contemporánea y los únicos latinoamericanos. No sé idiomas, el movimiento del cuerpo fue nuestro lenguaje y mayor expresión, empleándolos dialogamos fructíferamente.

-Pensé en el desaparecido maestro Alfredo Velásquez. Nos enseñó que el lugar más alto de uno está en uno mismo. En tantas historias personales: los grandes sacrificios que hay que hacer para llegar acá, donde yo mismo ni tenía pensado a los 30 años estar. No ha sido mi esfuerzo personal, sino de muchos, de los maestros, de lo que aprovechamos de ellos.

yoel medula china2Las estrellas mundiales de la danza, en la “llamada de la cortina”, durante la gira china Malakhov y amigos.

¿Sueños, planes?

-Así como me enriqueció el diálogo con personas del más alto prestigio en el mundo actual de la danza, sueño poder dialogar como creador con coreógrafos más célebres, pues he sido aceptado con mi obra en ese mundo. Sería, pienso, una manera de completar mi formación.

-Del encuentro Malakhov y amigos salieron propuestas de coreografías solicitadas con mucho interés al menos por Julian Mackay.

-A raíz de ver en la gira una de las coreografías, he pensado en crear una historia con otros símbolos.

-Fue muy inspirador el criterio que nos reiteraron Malakhov y Seaquist, su manager, de que yo continúe ofreciendo estas historias únicas, con estilo distinto, usando diversas fuentes, pero en esencia basta con mi inspiración.

-Ahora tengo más confianza y experiencia. Paúl, único que hablaba español aparte de nosotros, me dijo que estaba en mi casa, y lo sentí. El primer día de actuación en escena salí con un botón de la camisa suelto; y así cada día salía con otro más abierto.

-Así, para tocar las estrellas, genero debajo de la Fama.

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