barranquilla 12Cuba se ha comportado hasta esta quinta jornada de competencias en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla a tono con las predicciones de los gurúes de nuestro deporte, que fijaban el número parcial de títulos entre 25 y 27.

La delegación antillana iniciará la fecha de martes con 25 justamente, además de igual número de platas y 20 bronces. Lo que no se esperaba era que México abriera con un sprint dorado tan poderoso (46-44-35), bien calzado con el resto de los metales y superiores a los anfitriones colombianos (36-28-27).

Comienza la carrera entonces por la cima, se agudizan los sentidos y los cálculos se tornan lo más exactos posibles, aderezados con preocupación y tensión al límite. Lo digo porque sé que estoy en la piel de muchos y me costó dormir tranquilamente en la noche de lunes.

Múltiples diagramas me pasaron por delante, quise tener un dejavú y repetir las finales del remo, ansié clonar a los taekwondocas Robelis Despaigne (más de 87 kg) y Arletty Acosta (67) vencedores y capaces de redondear la foja antillana en la disciplina a (6-1-2), muy superior a las tres coronas alcanzadas en Veracruz hace cuatro años.

Lo confieso, los deportistas de la Mayor de las Antillas necesitan redondear tales rendimientos, como igualmente entre las damas mantener esa contundencia que mostró la cuarteta de los 4 000 metros persecución por equipos, capaz de hacer perder el ritmo a Colombia en la final, sacarles cuatro segundos y fracción en su registro dorado de 4:32.128 minutos, por demás récord para la cita.

Mención especial en el scratch varonil para Leandro Marcos, quien se apoderó de una plata tan agradable como insospechada. Del velódromo de Cali me fui a velocidad relámpago hasta la sede de la gimnasia artística, donde cuatro cubanos estaban involucrados en cinco finales por aparatos. La foja de un vellocino, tres platas y un bronce, me dejó casi totalmente complacido. 

Digo casi porque Marcia Videaux se antojaba para muchos la mejor exponente del caballo de salto, solo que sus 14.112 unidades, no alcanzaron para desbancar a la dominicana Yamilet Peña (14.250), campeona en su justa medida. Videaux, repetiría su palmarés en las barras asimétricas con acumulado de 12.500.

El protagonismo indiscutible lo volvió a acaparar Manrique Larduet, rey de manera inobjetable en las anillas y con la mejor selección que le he visto en mucho tiempo en el caballo con arzones (13.775). Únicamente el ídolo local Jossimar Calvo (13.900), lo privó de la alegría doble al imponerse en el segundo de los aparatos mencionados.

Otras agradables noticias cayeron antes del epílogo de lunes. La pedalista Lisandra Guerra, en su retorno tras la maternidad, nuevamente estará pugnando en semifinales de la velocidad; entre encestes nuestra armada femenina disputará la corona con las locales, a quienes ya doblegaron en la fase de grupos, pero el partido se disputará en circunstancias distintas, pues las cafeteras desbancaron a las boricuas en un rompe-corazones.

Eso las coloca anímicamente con mucho poderío, además de que contarán con el respaldo total de una frenética afición. De cualquier forma, las chicas de Alberto Zabala salen como favoritas.

Pesas, remos, pentatlón moderno y tiro deportivo vieron luz este lunes, pero para serles sinceros ninguno se comportó como realmente lo hubiese deseado, y al igual que yo, millones de cubanos. Hay una imagen dorada con la que me quiero despedir: la del abrazo con sabor a “éxtasis” de los tenimesistas Andy Pereira y Jorge Moisés Campos. En sus remates, está el deseo de todos y cada uno de nuestros representantes. Ellos coronaron su esfuerzo con el título en el concurso de dobles, a la vez que se mantienen con vida en el individual masculino. Con ellos, con las chicas potentes y bellas del ciclismo, con la sonrisa de Yariulvis Cobas y Aimeé Hernández tras imponerse en el remo, con las brazadas y cronos alentadores de nuestros tritones y ondinas, y con la imagen de Anisley García pugnando a brazo partido el miércoles en el trampolín a tres metros, quiero culminar estas líneas. Escépticos, optimistas, aquellos más objetivos. Todos volvamos nuestras miradas hacia Barranquilla. No exclusivamente por la situación del medallero, pero les aseguro que la guerra de músculos será campal.

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