neyra luchaJosé Neyra Rodríguez es considerado el padre de la lucha guantanamera.

Cuando se hable de la lucha en Guantánamo, hay figuras que son imprescindibles nombrar. Santiago Romero, Onésimo Vargas, Olí Smith y Geovanis Matos marcaron pauta en la categoría escolar, sin embargo, salta a la luz el padre de esta disciplina: José Neyra Rodríguez, quien hizo de los practicantes de este deporte en la provincia una gran familia.

Me recibió acogedor en el seno de su morada, ubicada al sur de la ciudad de Guantánamo. Por una arraigada modestia le costaba nombrar cada uno de sus lauros. En tanto, la reportera que escribe escuchaba atenta y curiosa, los detalles de sus inicios en el deporte.

Neyra inició sus estudios en 1970 en la entonces Escuela de Iniciación Deportiva en la disciplina de atletismo, y ya en los años ´72 y ´73 era campeón nacional escolar en los 400 metros con vallas. Alternaba la práctica del atletismo con la lucha y en 1974 obtuvo en ésta última disciplina el quinto lugar en los Juegos Escolares Nacionales. Una vez egresado de la EIDE inició en la Escuela de Profesores de Educación Física.

"En 1978 nos dieron la tarea de llevar adelante la práctica de la lucha, el boxeo y el fútbol en el municipio Niceto Pérez donde se conocía muy poco del deporte. Los habitantes de esa zona recibieron la propuesta con gratitud y se adaptaron muy bien”, rememora Neyra.

Matriculó en la Facultad de Cultura Física y paralelamente fungió desde 1980, durante 15 años, como metodólogo provincial de lucha, logrando la organización y masificación en las dos modalidades de la especialidad en Guantánamo. Sus aspiraciones eran elevadas y en 1984 se licenció en Cultura Física.

El padre de la lucha guantanamera considera un aspecto esencial la superación de los entrenadores. “A medida que se cumplía una etapa en el desarrollo de este deporte, íbamos elevando el nivel de los profesores. Como resultado de la superación de los entrenadores, cada caño que pasaba los logros se hacían más sobresalientes. Ya Guantánamo tiene luchadores olímpicos y panamericanos” -sin contar la reciente corona mundial de Yowlys Bonne.

 

El experimentado profesor expresa su preocupación por la deficiente continuidad de la categoría juvenil hacia los mayores, pues considera que ahí radica el principal problema de la lucha en el territorio.

 

Tres misiones internacionalistas cumplió José, dos de ellas en El Salvador y una en la República Bolivariana de Venezuela. En tierras salvadoreñas condujo a la selección nacional a un histórico cuarto lugar en los Juegos Centroamericanos de Panamá 2001, con dos títulos y dos bronce. De la mano de Neyra, los salvadoreños también se coronaron campeones juveniles de suramérica.

 

En la Patria de Bolívar hizo meritorio al llamado Equipo nacional de Miranda, radicado en la Universidad Central de Venezuela, de dos preseas bronceadas –una por cada sexo.

 

Tres hijas y la misma cantidad de nietos -otro viene en camino-, conforman la descendencia natural de Neyra Rodríguez, aunque él siente que tiene muchos más hijos en la familia deportiva de la lucha. “Trascendental ha sido el rol familiar en mi vida y también el de mi esposa en el sostén del hogar durante las ausencias”, sinceró.

 

Hoy Neyra se sobrepone como buen luchador ante la enfermedad, rodeado de hermanas, alumnos y compañeros de trabajo, que se resisten a privarse de sus enseñanzas y recientemente, para enaltecer su labor, desde la Dirección provincial de Deportes le confirieron la condición de Profesor de Mérito.

 

Paradigma de entrenadores, profesores, atletas y hasta de padres de familia, deviene hoy el Neyra nuestro, como muchos de cariño le llaman.

Comentarios   

0 #1 Dr. Lafita 30-10-2018 13:43
Honor a quien honor merece. Felicidades para mi amigo y que recupere la salud.
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