Los Leñadores de Las Tunas perdieron con cerrado marcador de 1-3 en la final de la Serie del Caribe de Béisbol ante los Toros de Herrera de Panamá. De esa manera, Cuba terminó en un destacado segundo lugar, máxime siendo el único conjunto totalmente integrado por jugadores de su país.
El equipo panameño comenzó impetuoso, con dos carreras en la misma primera entrada ante los envíos de Freddy Asiel Álvarez.
Después de un out, Jilton Calderón conectó doblete al jardín derecho. Allen Córdoba lo impulsó con imparable al izquierdo y, con el tiro a home, se coló en segunda. Posteriormente robó tercera y fue remolcado por Elmer Reyes con "cohete" al derecho. Javier Guerra bateó para doble play y así finalizó la fatítica entrada para los antillanos.
Los Leñadores descontaron una carrera en el quinto capítulo. Alfredo Despaigne abrió con doblete a la pradera central, pero Yordanis Samón y Jorge Enrique Alomá fallaron con rodados al cuadro.
Todo entoces quedó entre granmenses, ya que Carlos Benítez le remolcó con imparable al jardín central. A continuación Yurisbel Gracial se embasó por error en tiro del antesalista y Pablo Civil movió sus piezas, trayendo como emergente a Danel Castro por Oscar Valdés, mas el ilustre tunero falló en inofensivo fly al inicialista.
En el sexto episodio, los Leñadores embasaron al hombre proa, Larduet, quien llegó a primera con toque de bola. Sin embargo, otra vez los antillanos no pudieron hacer lo que dicta el librito. Jorge Yhonson se ponchó en tres intentos fallidos de toque de sacrificio. ¿Cómo es posible que esto se repita una y otra vez en eventos internacionales? Acto seguido Frederich Cepeda bateó para doble play.
Los Toros aprovecharon el llamado inning de la suerte. Después de dos outs, Jonathan Gálvez pegó tubey que decretó el final de la actuación de Freddy Asiel.
Vladimir García tiró un wild pitch que llevó a tercera al corredor y no pudo dominar a Rodrigo Vigil, quien impulsó la tercera con hit al central. El derecho avileño le cedió su puesto a Liván Moinelo, zurdo que dominó a Rodrigo Orozco. ¿Por qué no abrir el séptimo acto ya con un relevista?
Freddy Asiel nuevamente se apuntó una salida de calidad, pero otra vez sus compañeros no lo apoyaron a la ofensiva. El derecho de Sierra Morena lanzó 6,2 capítulos con tres carreras, cinco incogibles y un boleto. Se compuso después del mal comienzo y no permitió más libertades a los panameños. La maldición sigue presente.
Harold Arauz, el abridor panameño, tuvo una buena salida, con cinco innings de actuación en los que le marcaron una carrera con cuatro hits, igual cifra de ponches y no regaló boletos.
El pitcheo de Panamá fue muy bien manejado, con Anfernee Benítez para dos outs. Luis Mateo trabajó séptimo y octavo, y le dejó la escena lista al cerrador Manny Corpas, quien se anotó el salvamento.
Lázaro Blanco y Alfredo Despaigne fueron incluidos en el Todos Estrellas del torneo, como mejores lanzador derecho y jardinero izquierdo, respectivamente. El panameño Javier Guerra fue designado como el Jugador Más Valioso.
Los canaleros ganaron su segunda Serie del Caribe después de 59 años de ausencia a estas justas. Desde el triunfo de Carta Vieja Yankees en 1950 no saboreaban el título en un torneo de este tipo.
Panamá rompió con todas las cábalas para ganar en su estadio, contra todos los pronósticos.
