Especialistas de la empresa española Kalfrisa certifican la puesta en explotación del equipamiento para la cremación de cadáveres instalado en el Incinerador de Guantánamo.
José María Cano Gallego, técnico español, explicó que desde ayer chequean y verifican el funcionamiento de los hornos para comprobar que están en óptimas condiciones para ofrecer servicios.
De no existir ningún inconveniente, el Incinerador debe iniciar sus actividades en un plazo no mayor de cinco días.
La prestación, sin precedentes en la provincia, funcionará 24 horas.
Para incinerar a un fallecido, deberá constar el documento de última voluntad o la solicitud del servicio por parte de hijos o cónyuge (únicos facultados), a la funeraria La Nueva, ubicada en la calle Ramón Pintó y Máximo Gómez, en la ciudad de Guantánamo, detalló Vilman Pupo Cisneros, director municipal de Servicios Comunales.
El directivo esclareció que para cremar un cadáver debe estar dictaminado por medicina legal, y realizársele la necropsia. No se les hará ese procedimiento a aquellos cuerpos de muerte sospechosa, accidentes de tránsito o que no esté esclarecida la causa del deceso.
El costo de la prestación será de 345 pesos, incluida el ánfora, pero las personas que deseen otro recipiente de mayor calidad y confección para depositar las cenizas, podrán adquirirla en la instalación según el precio establecido por la dirección de Finanzas y Precios en la ficha de costo.
Para el caso de los restos óseos, las autoridades de Comunales en el municipio valoran un sistema de traslado desde el cementerio San Rafael hasta el Incinerador donde los parientes podrán recoger las cenizas.
Desde 2006, la incineración gana espacio en Cuba como método para la deposición final de los restos de los fallecidos.
La construcción e instalación del incinerador de Guantánamo concluyó en diciembre de 2017, y esperaba por la certificación para ponerse en marcha.