Baracoa, miércoles 17 de diciembre de 2014.-Dalia Utria González, una adolescente de 16 años, con 37 semanas de precoz embarazo, pone en máxima alerta a las autoridades de Salud de la provincia de Guantánamo y al Grupo de Atención al Grave, cuando la hipertensión arterial le provoca varios infartos cerebrales y una hemorragia masiva intracraneal que la pusieron al borde de la muerte.

Los acontecimientos se desencadenaron en la tarde noche del día de marras cuando de manera urgente fue trasladada desde el Hogar Materno en que permanecía ingresada por su condición de embarazada de riesgo, hacia el hospital "Octavio de la Concepción y la Pedraja", de la Ciudad Primada de Cuba, donde se inició la gran batalla por la vida.
Paralelamente en Guantánamo se activó el equipo correspondiente de Atención al Grave y en las últimas horas de la noche, precedidos por una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria, especialistas médicos en Ginecobstetricia, Neurocirugía, Terapia Intensiva e Imageneología salvaban los 152 kilómetros que separa las dos principales ciudades del extremo oriente cubano.
Treinta días después, desde la tranquilidad del alta hospitalaria, los doctores Otto Ortega Ochoa (ginecobstetra), José Alfredo Estevan Soto (intensivista) y Miriela Lobaina Ortiz (neurocirujana), todos especialistas altamente calificados del Hospital General Docente "Doctor Agostinho Neto", rememoran las tensiones vividas.
"En la medianoche, sin tiempo apenas para saludos, el equipo reevaluó con los colegas de Baracoa la situación de la paciente, quien yacía en coma, con movimientos involuntarios y hemiplejia de los miembros derechos. La tomografía axial computarizada confirmó el diagnóstico: múltiples infartos cerebrales y masiva hemorragia intracraneal", apunta la doctora Lobaina Ortiz.
Ante el team médico se planteaba una sola opción: operar urgente y de manera simultánea, un reto para todos y, en particular, para los anestesiólogos. Los ginecobstetras inician la cesárea para evacuar el útero y asegurar la supervivencia de Dalia de los Milagros Utria González, como los abuelos decidieron nombrar a la saludable bebé que aumentaba la familia.
Paralelamente, la neurocirujana, asistida por Litzaris Cuba Rodríguez, residente de esa especialidad, abordaba con absoluta precisión -conocimiento de sus colegas- la zona comprometida por las hemorragias y practicaba una exitosa craniectomía a la paciente, proceder que permitió evacuar el mortal hematoma.
Las luces del amanecer sorprendieron al equipo en el salón de operaciones del centro asistencial baracoense y sin apenas tomar respiro organizaron el rescate de la joven madre, operación tan delicada como compleja, la cual exigía la transportación aérea hacia Guantánamo e ingreso inmediato en la sala de Cuidados Intensivos del "Agostinho Neto".
Precisa el doctor Estevan Soto, experto en emergencias, que el traslado por tierra era imposible, porque "las vibraciones y aceleraciones del transporte automotor generarían movimientos del encéfalo dentro del cráneo de la paciente, y traumas adicionales con reacciones hipertensivas capaces de provocar nuevos y fatales sangramientos.
Explicó que todo paciente sometido a esta intervención intracraneal solo tolera vibraciones de hasta 12 hertzios por segundo, inferiores a las generadas por los equipos automotores, por lo cual fue determinante el apoyo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que autorizó, como siempre que las emergencias de salud lo han exigido, el empleo de un helicóptero, cuyas oscilaciones se calculan en ocho hertzios por segundo y vuela a velocidad constante y baja altura.
Dalia fue acogida en estado sumamente crítico por el colectivo de intensivistas del "Agostinho Neto" que inició con ella una batalla más por la vida de madres que durante el año 2014 requirieron de la entrega del competente equipo médico, tecnológico y de enfermería de la principal institución de Salud de la provincia.
El viernes 9 de enero, finalmente fue dada de alta, débil, afectada en la capacidad de lenguaje y movimiento, pero muy contenta por cumplir el deseo de conocer a su pequeña niña, hasta entonces solo contemplada desde una fotografía.
"Me siento bien -afirmó con esfuerzo y balbuceo de palabras-. Se han portado muy bien conmigo, muchas gracias a las enfermeras, a los médicos, al doctor José Alfredo, que me malcrió mucho, no sé como agradecerles la vida... tengo muchas ganas de ver a mi bebé".
Dulce María González Gómez, madre y abuela de las dos Dalia, trabajadora de la cafetería El Cocal, en Baracoa, se quedó "sin palabras para agradecer el "milagro" de las Ciencias Médicas para salvarme a mi hija y nietecita, a los médicos, a las FAR y en definitiva a la Revolución".
Cuentan que mientras la joven puérpera se debatía entre la vida y la muerte en la sala de Cuidados Intensivos, las enfermeras permanecían a su lado y los especialistas se reunían cada ocho horas para evaluar la evolución y adoptar las conductas consecuentes
"La supervivencia de ambas Dalia nos gratifica hoy -apunta el doctor Ortega Ochoa, vicedirector materno en el "Agostinho Neto", pero nadie individualmente lo hubiera logrado, es resultado del trabajo multidisciplinario y en equipo, del pensamiento y dedicación colectivo, pero mucho más...
"Hablamos del protagonismo multisectorial, del Mnint que nos abrió paso y garantizó la seguridad del rápido traslado por carretera, de noche, hacia Baracoa; del resuelto y rápido apoyo de las FAR, de las expeditas decisiones y gestiones de Gobierno, del respaldo del Ministerio de Salud Pública".
"Como final feliz de la historia, las dos Dalia, se reencontraron -concluye satisfecha la neurocirujana Miriela Lobaina Ortiz. La niña está saludable; la operación de la madre ha sido un éxito de muchos compañeros, y progresivamente recuperará todas sus facultades, los progresos de estos primeros treinta días así lo vaticinan".

Fotos: Lorenzo crespo Silveira

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