Guantánamo, Cienfuegos y Pinar del Río, son las únicas provincias cubanas donde no existen reportes de la presencia del caracol gigante africano.
La posible presencia en Guantánamo de la Achatina fulica, conocida vulgarmente como caracol gigante africano (CGA), es vigilada de forma estrecha por la delegación territorial del Ministerio de la Agricultura en todas las áreas cultivadas de la provincia.
Judith Medina Peláez, Jefa del Departamento de Sanidad Vegetal, explicó que “hasta la fecha no se reporta la peligrosa plaga, pero se mantiene activado un sistema de vigilancia que permite el rastreo permanente de un total de 24 mil 252 hectáreas”.
La dirigente también informó que se ejecutaron 258 acciones de capacitación para combatir a una de las 100 especies exóticas invasoras más perjudiciales a nivel mundial que puede hospedar nematodos causantes de la meningoencefalitis y la angiostrongilosis abdominal, una enfermedad zoonótica de origen alimentario.
En esos entrenamientos participaron unas cinco mil 800 personas con el objetivo de identificar las principales características del CGA y conocer a dónde acudir en caso de confirmarse la presencia del nocivo molusco, para elevar la percepción del peligro y evitar complicaciones.
Las autoridades sanitarias exhortan a la población a mantener estricta vigilancia en las comunidades, sobre todo en patios de viviendas, por lo que recomiendan no usarlos como mascotas o con fines religiosos, evitar el contacto directo con la babosa y usar guantes u otros medios en su manipulación.
Guantánamo, Cienfuegos y Pinar del Río, son las únicas provincias cubanas donde no existen reportes de la presencia del caracol gigante africano.
A diferencia de otros moluscos, su concha es cónica, en forma de capullo, con bandas longitudinales de colores claros y oscuros. Sus hábitos son nocturnos, muestra resistencia a las variables ambientales y alto potencial reproductivo (deposita hasta 600 huevos de color amarillento sobre el suelo), lo que favorece su dispersión y negativo impacto sobre la flora y la fauna.
Puede medir hasta 20 centímetros de largo y diez de ancho, y su efecto depredador se localiza sobre plantas ornamentales, cítricos, coco, plátano, fruta bomba, elementos en descomposición y lugares húmedos y sombreados.
El primer reporte de la presencia en Cuba del CGA data del año 2014 en el reparto Poey, perteneciente al habanero municipio de Arroyo Naranjo.
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