Hace seis años Eudalbis Benítez González, madre de cuatro hijos, no podía imaginar la satisfacción de estrenar casa nueva en Los Lirios, en el Consejo Popular de Limonar, del municipio de El Salvador, coincidiendo con que la mayor de sus pequeños termina el preuniversitario en el complejo educacional José Maceo, para continuar una carrera universitaria.
Desde entonces ocupaba ilegalmente con su familia, como otros en busca de techo, un espacio en la primera planta del bloque docente en construcción para una Facultad de Agronomía en la montaña, edificación interrumpida en plena ejecución por el impacto de la escasez predominante durante el período especial.
En los últimos seis meses, el proyecto de adecuación de locales para convertirlos en casas, como parte del programa de vivienda en el municipio, transformó en habitables esos espacios para 15 familias, con la intervención de una brigada de la Empresa Constructora Integral del Ministerio de la Construcción en la provincia de Guantánamo.
“Ahora tengo baño sanitario, cocina con meseta, tres cuartos,sala comedor, instalaciones eléctricas e hidrosanitarias, todo pintado. Agradecemos el buen desempeño de Planificación Física, Vivienda y los constructores”, dice Eudalbis, quien trabaja como custodio en el cercano Centro de Desarrollo de la Montaña, localmente conocido como “Centro científico”.
Diuber Elías Rodríguez es otro residente satisfecho. Carpintero cuentapropista, los constructores lo reconocen como uno más, por su apoyo en la obra: “Ayudo para avanzar en el resultado; ha sido una oportunidad para mejorar las condiciones en que vivía: ahora solo falta la pintura impermeable exterior del techo”.
Cumplir y satisfacer necesidades
Para hacer el proyecto de adecuación fue ardua la labor de demolición interior y levantamiento de nuevas divisiones con bloques e instalación de las redes interiores, explican los constructores Joaquín del Pozo Sánchez y Abel Arias Sáez, jefe de la obra y técnico, respectivamente.
Valorada en 400 mil pesos, la intervención consiguió condiciones de habitabilidad para 15 familias, en apartamentos en su mayoría de dos cuartos, pero también de tres, entregados atendiendo a la composición de los núcleos de residentes, detallan.
Los 40 albañiles, carpinteros, electricistas, plomeros, cabilleros, operadores de equipo y otros ejecutores cuentan desde el inicio con los proyectos y materiales correspondientes a la inversión, para que esté hoy a más de un 85 por ciento de cumplimiento.
Informan los operantes que ya nueve casas están habitadas por familias y que tras terminar en septiembre las cuatro finales y dar el acabado a los exteriores, deben pasar en octubre al próximo bloque, donde alistarán otros 16 inmuebles con continuidad y culminación en 2021.
Aunque hasta agosto fueron concluidas en el municipio 51 de las 53 domicilios previstos hasta la fecha, estas cifras se ampliarán al cierre de septiembre y El Salvador debe satisfacer -y tal vez sobrepasar- las 92 previstas al terminar el 2020, asegura Yaineris Coba Tito, directora municipal de Vivienda.
Expone que en Los Lirios la inversión incluye la reparación de un tanque que permitirá distribuir el agua por gravedad a las nuevas residencias.
Las adecuaciones de locales con ese fin, a las que se añaden otros 13 locales ya concluidos y en etapa de terminación también en los barrios de Jobito y Chafarina, forman parte de las 41 casas concebidas como inversiones, y el plan anual incluye 36 amparadas por subsidios y 30 ejecutadas por esfuerzo propio, añade la funcionaria.
Todas las obras se iniciaron con la documentación requerida. “Como inversionistas hemos chequeado los trabajos y son satisfactorios, por los constructores de Guanco, la Empresa de la Construcción (más adelantados), las Unidades Básicas de Producción Cooperativa Lucrecio Cabrera y Alfonso Escalante, Acueductos, el Ministerio del Interior y la Empresa Agroforestal”, expresa.
La falta de áridos atrasó los inicios, el avance y la secuencia constructiva por la Agroforestal, al igual que los subsidios, precisa la directora de Vivienda en El Salvador. “Las casas terminadas deben recibir la condición de habitable por Planificación Física, tras lo cual los residentes realizan el contrato de pago con el Banco, aunque ya todos lo acordaron desde fines del pasado año”, aclara.
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