ines maria chapman

Las medidas adoptadas por esta provincia para enfrentar la severa sequía que la afecta fueron constatadas aquí por Inés María Chapman, integrante del Consejo de Estado y presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos.

Alfredo Correa, delegado de ese organismo en el territorio, informó a la titular el desfavorable comportamiento de las lluvias en lo que va de año, lo que ha provocado un descenso significativo del agua embalsada y el agotamiento de numerosas fuentes de abasto, entre ellas ríos, presas, pozos, lagunas y tranques.

Las presas en Guantánamo almacenan hoy solo 134 millones de m³, de 347,5 posibles (para el 39 %), déficit que limita el suministro de agua a más de 258 000 guantanameros

(72 % de la población), así como a la agricultura y Azcuba, imposibilitadas en estos momentos de emplear sus sistemas de riego.

El delegado de Recursos Hidráulicos puso énfasis, en particular, en los embalses Faustino Pérez (comprometido con el abasto al 71% de la población de la ciudad cabecera provincial) y Pozo Azul, en Valle de Caujerí, los cuales solo almacenan, respectivamente, 3,8 millones de m³ (de 26 posibles) y algo más de un cuarto de millón (de 14,5 permisibles).

La carencia de agua almacenada ha conllevado a extender entre dos y diez días el ciclo de distribución a la población mediante las redes, y hasta 25 días en algunas comunidades abastecidas mediante pipas.

Para enfrentar el problema, se han dispuesto en el territorio numerosas medidas, entre ellas la rehabilitación del bombeo del río Bano, la construcción de nuevas estaciones de bombeo (como la que se alista en el canal Ca­marones, próxima al central Argeo Mar­tínez) y de pozos en las montañas, estudios de agua subterránea, preparación de llenaderos, mantenimiento a canales, conductoras y redes, instalación de válvulas y bombas de mano y erradicación de salideros y de ilegalidades.

Inés María Chapman comentó que a diferencia de otros periodos secos, el actual extiende sus daños a 11 provincias y 93 municipios, lo que hace más complicada la solución del problema. Recalcó que la prioridad en el abasto la tiene la población, pero que hay que buscar alternativas para garantizar cierto nivel de agua para riego en la agricultura y Azcuba, por lo que representan estos organismos en la producción de alimentos y la economía del país.
Indagó sobre la solución más inmediata para restablecer el suministro del líquido a la agricultura en Valle de Caujerí, donde están sin irrigarse 1 984 hectáreas; así como a la industria conservera de ese polo productivo. Al respecto fue informada que la respuesta parece estar en la recuperación de la estación de bombeo de Palmarito, para de ahí enviar el recurso a la presa Pozo Azul, tal y como sucedía hace varios años atrás.

Chapman insistió en la necesidad de usar el agua con racionalidad y llamó a combatir el proceder oportunista de algunos conductores de pipas, que aprovechándose de la situación venden el líquido a personas necesitadas.

Concluido el análisis, la presidenta del Ins­tituto Nacional de Recursos Hidráulicos rea­lizó un recorrido por algunas de las obras ejecutadas o en ejecución para enfrentar la sequía en este oriental territorio.

Fuente: Periódico Granma

Comentarios   

0 #1 Guillermo Sánchez Rassé 11-08-2015 18:33
Nos falta visión larga para presagiar catástrofes en el momento oportuno, para que no nos sorprenda siempre la madre naturaleza con fenómenos climáticos bien impactantes a la población.
Hoy la sequía, pero mañana puede ser otro fenómeno atmosférico por lo que debemos tener luz larga para todos estos desastres que nos ocasionan pérdidas considerables de todo tipo.
Sabemos que la economía sufre de problemas de financiamientos serios y que no podemos esperar por grandes inversiones hidráulicas, debemos taparnos hasta donde la sabana nos dé margen. Pero…… - que es lo más importante de nuestra intervención- nos enfrentamos a los problemas cuando ya lo tenemos encima, no fuimos lo suficientemente capaces de prever para hacer las inversiones hidráulicas mucha antes de los meses de junio y julio, si sabemos que este año es el más escaso de lluvia y humedad desde el 1901.
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