Uno puede entenderlo todo, con respecto al reordenamiento de los servicios médicos, hasta que te duele una muela. La molestia, dicen algunas entendidas, puede ser comparable a un dolor de parto, pero no podría asegurarlo. A mí, me supo a martillazo, desde la cima visible de la muela hacia abajo, mucho más allá de la mandíbula.

Uno puedo sentarse en una reunión tranquilamente y escuchar dónde estará reubicada cada consulta, y asentir con esmero cuando un expositor en bata blanca -de esas que nos hemos acostumbrado a honrar, al tanto de sus sacrificios- asegura que se garantiza la vitalidad de cada una…, hasta que te agarra una molestia de anjá a las dos de la mañana y te toca “surfear” por los servicios de urgencia.

Entonces, las cuadras cortas se hacen largas y uno, que a esas horas no entiende de economía, factibilidad o códigos de barras, lo único que se le ocurre es maldecir el llevado y traído reordenamiento, aunque en la práctica no sea su esencia el problema, sino los desajustes en su aplicación.

Y si, como me ocurrió en la madrugada del jueves 29 de octubre, después de salvar las distancias entre mi cama -que con el dolor andando parece que había parido clavos- y la puerta de la consulta de urgencias de estomatología del policlínico Omar Ranedo Pubillones, tienes que volver sobre tus pasos, entonces la cosa se complica y la emprendes, de lengua para afuera aunque con muy malas intenciones, contra unos cuantos antepasados propios y ajenos.

Vamos a entendernos. Tampoco fue una ira sin tono ni cuartel. En el Centro, como se le conoce más comúnmente a ese policlínico inaugurado hace unos pocos años, no había agua y sin agua, no hay equipo de estomatología que valga.

El problema es que la doctora de guardia -si no entendía de economía fijarme en su nombre era un trabajo solo comparable con los doce de Hércules-, tampoco tenía recetas porque, dijo sin ser interrumpida, “como no había agua…”.

Hubiera asimilado la explicación, si nada doliera. Pero dolía, y mi lógica dictaba que si eres una doctora y estás de guardia en un centro médico para casos de urgencia --el que deja la almohada para adentrarse en la lánguida madrugada de Guantánamo, es porque no tiene otra alternativa-, y sabes además que los equipos que pudieran aliviar el dolor no están disponibles, lo menos que puedes hacer es cargar tu recetario.

“O gestionar alguno de esos modelos en otras consultas que comparten la madrugada”, pensé después y aliviada. Pensarlo antes, en el momento justo, hubiera sido trabajo del galeno, el mío era resistir el dolor, las lágrimas, y mantener el ritmo de regreso a mi casa.

Al final, lo único que recibí de ella fue, hay que ser justos, una sonrisa inusitada a esas horas, y la recomendación de buscar ayuda en el Policlínico 4 de Agosto, al otro lado de una ciudad que todavía no ve como necesario mantener la vitalidad del transporte público en las madrugadas y donde los precios de los particulares te agregan otro dolor, pero de cabeza. Sin embargo, le di las gracias.

Cuando por fin me deshice del dolor, me empezó otro en la conciencia casi igual de insistente: De qué vale concentrar sin eficiencia, o será que la economía se nos ha revirado como dueña y señora y solo nos queda la aceptación.

Y no es que sea un pecado “capitalista” pensar en las finanzas cuando se hablan de conquistas que nos definen, como lo es la salud gratuita y de acceso universal que nos ganamos hace más de 50 años, pero la racionalización no puede entrar, bajo ningún concepto y sin importar el escenario, en conflicto con el bien social.

Si es necesario que en vez de una consulta de urgencia en cada policlínico solo funcionen tres: en el caso de la cuidad de Guantánamo, además de los mencionados, presta el servicio el 4 de Abril, de San Justo, está muy bien, pero es responsabilidad de Salud Pública que las personas encuentren alivio donde está ordenado.

Y fíjense que digo Salud Pública, no Acueductos y Alcantarillados, ni las presas, ni los derrames, ni la obsolescencia de redes de distribución…, hablo de Salud porque le toca sortear, evitar que las fallas de los sistemas de afuera hagan cojear el propio.

Eso, estar preparados para las contingencias, que se presten los servicios previstos llueve, truene o destellen relámpagos, sí es eficiencia.

Comentarios   

0 #1 elena 18-11-2014 20:27
toda persona tiene derecho que se le atienda y se le atienda bien .a la hora que sea y donde sea,ojala que todos tengamos un poco de humanidad asi cuaando lleguemos a una cunsulta no nos digan no se puede sin habernos preguntado si quiera como te llamas,
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0 #2 Alejandro 24-11-2014 05:39
muy bueno el artículo,No obstante en los ultimos meses existe una tendencia a que los periodistas de esta provincia utilicen el semanario Veneceremos para relatar "aventuras" que le suceden en su vida personal, cuestion que considero es una falta de ética y respeto a nuestra población, atendiendo a que se debe recordar que el Periódico Venceremos es el Organo del PCC Provincial, donde se deben exponer o informar sobre las problematicas que impactan a nivel de provincial o territorio y no en un periodista, recientemente leí un articulo que tambien tenía que ver con una aventura que un periodista tuvo con el MININT y fue feo las respuesta que posteriormente se dieron y hasta denoto una confronatcion pública, estas cuestiones deberian ser revizadas por la direccion del períodico...saludos
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+2 #3 idalberto creagh bandera 07-12-2014 16:34
muy bueno el comentario pero realmente no se puede generalizar la situacion de un dia por miles de beneficos en la reorganizacion lo que hay que evaluar puntualmente el caso y reevaluar situaciones que pudieran darse para seguir mejorando recoradar que los agradecidos miran la luz los desagradecidos las manchas hay que ver las manchas si para ser mejores cada dia
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0 #4 al 24-12-2014 23:45
Muy bueno el artículo buenísmo , en mi opinión modesta ese es el periodismo que hace falta , sé que no vamos a cambiar el mundo pero sería bueno contribuir a mejorar algunas cuestiones , como mismo le sucedio a la periodista podría haberle sucedido a cualquiera.
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0 #5 Josefa 30-12-2014 17:24
El artículo,en mi opinión se fumdamenta en una experiencia personal que tiene la periodista , considero que es necesario valorar con más peso las circunstancias en que se desarrollaron los hechos.Es bueno reconocer que los servicios de urgencia estomatológica en este Policlínico resuelven toda emergencia que reciben y sería bueno tambien señalar la satisfacción de la población.
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