Hay experiencias que nos tocan muy de cerca, pero no por eso son asuntos personales sin mayor trascendencia social. Escribo sobre 15 días de angustias e incertidumbre vividos al lado de mi madre en el Hospital General Doctor Aghostino Neto.
Aprecié los beneficios del Sistema de Salud en la provincia, bondades que lamentablemente empañan, en ocasiones, problemas estructurales, burocráticos, de higiene, aseguramiento, y hasta puntuales maltratos.
Aunque a fuerza de repetirlo -y practicarlo- pueda parecer retórica, es obligado subrayarlo: el Sistema de Salud cubano es universal, gratuito, accesible a todos los ciudadanos, y científicamente sustentado en tecnologías de punta.
Pero su más valioso capital -también se ha dicho y demostrado-, es el humano.
Irma, mi madre, llegó al Hospital sufriendo un infarto “extenso”, según dijeron los médicos. Inmediatamente fue atendida en la Unidad de Cuidados Intensivos Emergentes (UCIE) y luego trasladada a cuidados intensivos de la moderna y conservada sala 4to D, Cardiología.
Desde su ingreso y en las siguientes largas horas reportadas de grave, incluso en estado de shock, busqué caras de especialistas de experiencia en Cardiología, pero todo cuanto vi fueron rostros muy jóvenes, a algunos me parecía descubrirlos entre el blanco y azul del uniforme de la Universidad de Ciencias Médicas, o quizás, por su lozanía, un poquito más atrás en el tiempo, cuando aún cursaban el preuniversitario.
Yo, defensora de los jóvenes y de las oportunidades que necesitan para realizarse en la vida, me resistía a creer que mi mamá fuera seguida por aquel equipo de bisoños residentes en Cardiología, pero confieso la desaparición del temor al descubrir, en la mirada firme y serena de ellos, la voluntad de salvar vidas. En sus conocimientos evacué mis dudas, y en sus palabras alentadoras, no siempre cargadas de tecnicismos para entenderlos mejor, hallé esperanza y tranquilidad.
Fui testigo en más de una noche del desvelo constante de esos “muchachos” de batas blancas estudiando y evolucionando las historias clínicas de cada paciente, intercambiando entre sí, y también con especialistas, profesores y galenos de generaciones anteriores.
Como ángeles de la guarda, junto a las enfermeras, porque ellas también tienen mucho mérito, los vi en la cabecera de la cama de cada aquejado. Conocí de su pesar cuando la muerte le arrebató a algún paciente en esos días.
No solo cumplían con el protocolo médico en cada caso, sino que con todo cariño asesoraban a los enfermos sobre estilos de vida saludables; era impresionante la relación médico-paciente.
“Tal vez su esmero es por las afecciones miocárdicas que atienden”, comentó algún familiar, pero no, en ellos trascendía uno de los preceptos del juramento Hipocrático: “Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones”.
En más de una ocasión supe de sus negativas a dádivas y regalías de familiares, y otras manifestaciones que pudieran interpretarse como compromiso o ventas de servicios, males practicados por quienes empañan la dedicación, solidaridad y abnegación intrínseca de los trabajadores cubanos de la Salud.
El comportamiento de esos jóvenes, además de su interés profesional, tiene esencia en la labor de los claustros de profesores certeros, guías con cuyo ejemplo inculcan preparación, principios éticos y valores altruistas.
Todo lo humanamente posible apreciado allí no era privativo de médicos y enfermeras, también refulgía la entrega incondicional de asistentes, pantristas, y auxiliares de limpieza, además del carismático camillero, sin el cual este trabajo estaría incompleto.
No es gran cosa lo que escribo aquí en comparación con la obra de ellos, pero sirva este ejemplo para otras áreas de la Salud, tanto dentro como fuera del Agostinho Neto.
Es deber del hombre involucrado en tan noble ministerio lograr que la población reconozca en el Sistema de Salud más allá de la gratuidad, universalidad y asequibilidad, que su capital más valioso es quien lo concreta.
Comentarios
Besos a tu mami!
Suscripción de noticias RSS para comentarios de esta entrada.