Muchas panaderías de “pan especial” de la ciudad de Guantánamo ofertan pan sin calidad.La deplorable calidad de las ofertas en las unidades de la Empresa Cubana del Pan genera constantes preocupaciones de la población en Guantánamo, que se queja en la calle, reuniones de rendición de cuenta del delegado a sus electores y mediante los medios de comunicación.

Al decir de muchos consumidores, las propiedades (tamaño, color y sabor) del pan especial que se comercializa actualmente ni siquiera se asemejan a las de los inicios, cuando en pleno Período Especial, convirtieron a ese producto en líder del desabastecido mercado de entonces, a pesar de su elevado precio.

Otros alegan que la mayoría de los establecimientos del territorio lo venden quemado, encogido, con ampollas en la corteza, los extremos caídos..., lo cual le resta presencia al producto, en tanto cuestionan la indiferencia de algunos dependientes tras la denuncia de esas deficiencias.

Sobre el particular, la jefa de producción de la Empresa Cubana del Pan en la provincia subrayó que la causa principal del problema, agudizado desde febrero del presente año, es la mala calidad de la levadura y el núcleo enzimático, producidos en Cuba, además de la obsolescencia tecnológica y falta de piezas de repuesto, entre otros recursos.

Con los mismos ingredientes y deficiencias que otras, la panadería Guantánamo I, vende panes de mejor calidad.Y puede tener razón, sin embargo, con esos mismos ingredientes y similares dificultades, el colectivo de la céntrica panadería Guantánamo I, en la calle Emilio Giró entre Los Maceo y Calixto García, obtiene panes, de corteza dura y suave, decorosos, lo que demuestra que a la exigencia hay que añadir un poco de amor y voluntad para superar muchos de esos problemas.

Pareciera que tales valores no se cultivan con la misma dedicación en otras panaderías de la sexta urbe más poblada de Cuba (Guantánamo 3, en Paseo entre Luz Caballero y Carlos Manuel; Guantánamo 2, en Cuartel entre 16 y 17 Norte, y Guantánamo 4, en Ahogados entre 10 y 11 Sur, donde, por el contrario, pululan quejas de consumidores y resulta difícil erradicar las causas que las provocan.

Aunque directivos de la empresa aseguran haber aplicado medidas disciplinarias, sobre todo, por incumplimiento de los planes de venta, urge redoblar el control por estos y los diferentes cuerpos de inspección para hacer cumplir las normas y fórmulas establecidas en el proceso productivo e instrumentar sistemas de pago que estimulen a los colectivos a producir más y mejor en medio de las mencionadas dificultades materiales.

Otra inquietud y, tal vez la más preocupante, es la comercialización del producto, sin calidad, al mismo precio que si la tuviera. Esa violación constituye un acto engañoso que se admite impunemente, a pesar de vulnerar los Lineamientos de la Política Económica y Social del país, que plantean la creación de ofertas de bienes y servicios, en correspondencia con la demanda solvente de la población, y la aplicación de una eficaz protección de los consumidores.

Ante la evidente incongruencia, la dirección de la entidad, constituida 16 años atrás para ofrecer un servicio de excelencia, debe insistir con su homóloga nacional en rebajar los precios y exigir el suministro de materias primas que, consecuentemente, garanticen las propiedades organolépticas del pan para que la población, sin más opciones para escoger, no tenga que lamentarse y seguir comprándolo malo.

En fin, que la revisión profunda de cada eslabón de la Cadena del Pan, a tono con los requerimientos del mercado actual y las preferencias de los consumidores, contribuiría a recuperar la deteriorada imagen de la empresa y percatarse de que, vendiendo a precios más bajos, puede cumplir sus planes, incrementar los ingresos y satisfacer a mayor número de clientes.

Cuando ello suceda, el precio del demandado alimento dejará de ser lo único especial, como comentan ahora muchos guantanameros.

El pan flauta también se resiente la escasez de materias primas con calidad.

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