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Hace unos días lo confirmé: dentro de pocos años no tendremos suficiente cantidad de profesores para dar las asignaturas de Ciencias Exactas y Naturales.

Imagínese usted que hoy en la Universidad de Guantánamo (UG), solo hay 28 alumnos desde 2do hasta quinto año, preparándose en las materias Matemática–Física y siete para Química–Biología, con vista a los próximos cinco años.

Si a este dato agregamos que entre 2010 y 2015, el número de graduados en ciencias pedagógicas, de acuerdo con el  anuario de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), se redujo considerablemente de mil 113 graduados a 519, entre el curso diurno y por encuentros, podríamos preguntarnos: a ese ritmo ¿quién impartirá las clases mañana?

Francisco Bayeux Guevara, Doctor en Ciencias y vicerrector de Formación Docente en la Universidad de Guantánamo, asegura que el problema es viejo. El deterioro de la matrícula de los estudiantes en la rama pedagógica se detectó desde antes del 2000, sin embargo, las alternativas desde entonces no lo resolvieron del todo.

Fue la época de la formación de los Profesores Generales Integrales o Valientes (PGI), y de los dobles perfiles (Matemática–Física, Historia-Cívica) modalidades que ampliaron el campo de estudio de los educadores, y sumaron a miles de jóvenes a estas filas, pero la excesiva carga docente, escasos estímulos y baja remuneración terminaron desmotivando la profesión.

Únase a ello el efecto nocivo de políticas trazadas en un momento, al calor de las necesidades y en busca de rápidas soluciones, que flexibilizaron la entrada a carreras pedagógicas, de personas sin aptitud para este ejercicio, y por otra parte muchos educadores abusaron de las teleclases y videos, como suplentes del maestro.

En esas condicionantes se agudizaron tendencias negativas en los estudiantes y la familia que rechazaban los perfiles pedagógicos mientras contradictoriamente exigían de Educación, profesionales aptos y capaces, que, por supuesto, nunca serían sus hijos.

El decrecimiento de las filas pedagógicas es una realidad agravada por alumnos que utilizan las carreras docentes como puente: cursan los dos primeros años con buenas notas y antes de tercero solicitan, como es su derecho, el cambio de carrera para la Universidad de Ciencias Médicas. Ello incidió e incide en las bajas matriculas de graduados de estas carreras y afecta la cobertura de la mayoría de los centros docente para los próximos lustros.

Pareciera que nuestra sociedad, tan acostumbrada a los beneficios del sistema educativo que garantiza la Revolución Cubana, como derecho constitucional, olvida cuánto valor reviste esta labor y el privilegio que significa, en un mundo con más de 781 millones de personas analfabetas.

Aunque con el tiempo se han dado transformaciones en el sector educacional, como la eliminación de los PGI y más recientemente el fin de los dobles perfiles, la implementación del pago a educadores por sobrecarga docente o de matrícula, que pretenden cambiar el escenario, aún hay mucho camino por andar.

La educación en Guantánamo es reconocida entre las mejores en el país. En 2015, baste decir, 11 mil 786 graduados eran de nivel medio y 4 mil del superior, una fuerza que en muchos países es altamente demandada, y ello es fruto del sistema de enseñanza local, con más 12 mil 898 educadores frente a las aulas, desde preescolar hasta el duodécimo grado.

Sin embargo, las cifras no deben engañarnos, los profesores, por ahora, son suficientes, pero en unos años todo puede cambiar.

El próximo decenio 194 trabajadores entran en edad de jubilación y las universidades no tienen relevo suficiente para ellos, además si se les resta a esta cantidad de docentes, el número de quienes se van del sistema para otras labores o quienes cambian de localidad y los inactivos por licencia u otra causa… entonces comenzaremos a visualizar un problema.

Motivar a los graduados de noveno grado para que se inserten en carreras pedagógicas o reorientar a los egresados de la formadora maestros del nivel medio hacia las asignaturas más demandadas, tal cual proponen los ministerios nacionales, pueden ser opciones viables para responder las demandas educativas en lo adelante, pero no las únicas.

Tenemos que repensar intersectorialmente el tema, ya sea desde la orientación profesional o la formación vocacional, en las instituciones, el hogar o la sociedad en general, porque de eso depende la clase de mañana y la permanencia de los valores, principios y logros que tanto nos enorgullecen.

Comentarios   

+1 #1 Juan Rojas Leguen 11-05-2017 19:41
Una reflexión que se hace sobre este artículo es que las familias y los estudiantes de mejores modales y práctica social y cívica no se inclinan por la profesión, es cierto que la mirada a esta problemática debe verse desde una posición intersectorial y más acondicionada a los procesos de cambio y perfeccionamiento del modelo económico y social que se propane desde el VI congreso del PCC.
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+1 #2 Juan Rojas Leguen 11-05-2017 19:42
Aun es necesario seguir pensando y abordando el tema pero con determinación, pensamiento positivo, sin reproches, sin esquematismo y sobre todo con pensamiento flexible reflexivo y creador que conduzcan a mejorar las condiciones de trabajo del maestro y enaltezca su imagen social.
La premura no nos debe llevar a cometer errores, aun pienso que se puede generar un pago por horas extras segun la carga docente y el número de grupo que sea superior al que actualmente se realiza, los horarios de trabajo en los centros educacionales deben ser más flexible, pues el maestro siempre se lleva trabajo para la casa, ese horario nunca se podrá contar ni pagar pero es necesario tenerlo en cuenta.
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+1 #3 Juan Rojas Leguen 11-05-2017 19:43
Sigo pensando que los maestros son y seguirán siendo los principales activistas de la política del PCC, el partido que puede ser el único sustituto de Fidel Castro Ruz, entonces la continuidad también transita por tener maestros en las aulas, pero maestros de calidad y comprometidos con la Revolución. Por eso estoy de acuerdo que este tema sea tratado por los medias de comunicación no solo para denunciar el problema sino también para publicar las mejores prácticas y resultados de la educación en nuestra provincia y el país.
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