apicultor“En Imías se producen anualmente unas 72 toneladas de miel de abejas. El pronóstico para el 2016 es llegar a 74, pero si el clima se comporta a nuestro favor, podemos llegar hasta 80 o 90” afirma Aracelio Suárez Rodríguez, prominente apicultor. Foto: Lorenzo Crespo Silveira.

Aracelio Suárez Rodríguez, destacado apicultor individual residente en Imías, conoce al dedillo el fascinante y dulce mundo de las abejas, esos insectos himenópteros que viven en sociedades organizadas jerárquicamente, en las que cada uno de los individuos cumple una función vital para la colonia.

Desde su adolescencia, con el apoyo de un tío, aprendió a relacionarse con los importantes alados polinizadores de las plantas con flores. En el entorno de su apiario, ubicado en la zona de Guajacal, abundan especies de plantas melíferas como el piñón florido, anoncillo, roble, algarrobo, ocuje, almendro, baría blanca y la campanilla.

Sobre la base del incremento y rendimiento del parque de colmenas, Aracelio aspira a elevar allí la producción mensual de una tonelada y media de miel, hasta llegar a 15 el próximo año, y espera, en dependencia de favorables condiciones climatológicas, afianzarse como uno de los mejores productores guantanameros de miel ecológica, la más demandada y cara en el mercado internacional.

“Para que determinadas cantidades de miel sean consideradas de primera calidad –explica el apicultor- las abejas no deben relacionarse con ningún tipo de productos, medicamentos o alimentación artificial. En la castración de los panales deben emplearse equipos de acero inoxidable y manipularse acordes a normas establecidas para la producción de alimentos de primera calidad.

“La norma de humedad debe comportarse entre 18 y 19 grados y medio. Si supera los 20, la miel se vuelve ácida y se echa a perder. Nuestro objetivo es producir para exportar, y hasta el momento hemos logrado comercializar el ciento por ciento de lo que producimos”, subraya.

Biólogo marino de profesión, Aracelio se especializó en genética de las abejas, conocimientos que ha transmitido a su hijo y a otros 32 jóvenes que se graduaron como Técnicos Medios en Agronomía. Es por ello que él también acoge en su apiario, hace siete meses, al Centro municipal productor de abejas reinas, con el objetivo de garantizar el suministro estable a otros apicultores imienses, o de otros territorios, que desean comenzar nuevas operaciones o expandir sus producciones.

El Centro dispone de condiciones favorables para su desarrollo, pues funciona en una zona libre de uso de fertilizantes, pesticidas o cualquier otro químico en cultivos agrícolas o procesos industriales, dentro de un radio de cinco kilómetros.

Producir abejas reinas es una actividad especializada que requiere de profundos conocimientos de biología y considerable experiencia práctica. Reproducirlas resulta necesario para la mejor explotación de las colmenas. Se requiere de jóvenes y genéticamente mejoradas para que las colonias sean más productivas, dóciles y saludables; por eso el cambio cada ocho o nueve meses es una práctica apícola muy importante.

En ese sentido, expone Aracelio que “la reina es considerada el motor impulsor del desarrollo de la apicultura. Si se producen con calidad ejemplares capaces de sostener entre 70 y 80 mil abejas, la colmena tiene mayores posibilidades de producir crías suficientes para producir la cantidad de miel que se desea.

“Con el cambio de reinas, la producción puede aumentar entre 15 y 30 por ciento, debido a que las menores de 12 meses ponen al menos 30 por ciento más huevos que las de más de un año de edad, y es bien sabido que las colonias que durante la floración poseen más individuos, esas son las más productivas”, ultima el criador.

Para Cuba, país consumidor, exportador y dependiente de la miel de abeja empleada en la producción de medicamentos naturales, resulta determinante disponer de apicultores experimentados y consagrados que como Aracelio, están empeñados en dulcificar la economía de la nación.

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